Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
Ubicado en la orilla del Castillo y cerca de un parque arbolado con una colina desde donde se puede admirar la ciudad, el hotel Atos se encuentra situado en una calle tranquila. Sus agradables prestaciones y sus precios asequibles hacen de él un establecimiento recomendable en esta orilla del río.
Atos - © L. Lautard / EASYVOYAGE
Atos - © L. Lautard / EASYVOYAGE
Situado en la otra orilla del Moldava, en el barrio de Mala Strana, el hotel Atos se encuentra en una calle tranquila. En la esquina de la calle, a 15 m, encontrarás la parada de los tranvías, que te resultarán muy útiles para desplazarte por la capital checa. Si prefieres el metro, las estaciones más cercanas están a 10 minutos. En los alrededores encontrarás numerosos comercios, bares y restaurantes. Para ir al barrio del Castillo, tardarás unos 15 minutos a pie y, si quieres tomar un poco el aire, puedes ir al parque cercano, desde cuya cima disfrutarás de una impresionante panorámica de la ciudad.
Las 67 habitaciones del establecimiento son de categoría estándar. Buenas noticias: son bastante amplias y con techos altos. La decoración es moderna y, se podría decir que "estándar", sin especiales detalles. Está decorada en tonos beige y madera y el mobiliario es barato. Los amplios ventanales dan luminosidad y calidez al ambiente. Las prestaciones son correctas: minibar, TV catódica con canales internacionales, Internet por cable gratuito y caja fuerte de pago. El cuarto de baño solo tiene ducha. Algunas habitaciones están adaptadas para personas con movilidad reducida.
Inaugurado en 2002, el hotel se distingue por su bonita fachada, típica de los edificios de Praga. La entrada es elegante, con paredes con molduras y objetos antiguos que le dan un ambiente cálido y acogedor. En la pequeña recepción, el personal es amable y atento. El salón contiguo, bien equipado, te permite relajarte leyendo un libro o tomando un té que podrás pedir en el bar abierto las 24 horas. También podrás descansar viendo la televisión. Un toque original en la decoración: la roca artificial con una garza de bronce. En el vestíbulo dispones de conexión wifi gratuita. Las zonas comunes son agradables y la sala del desayuno se encuentra en el sótano.
El desayuno se sirve en el sótano, rodeado de una decoración rústica que sorprende por la sucesión de pequeñas y acogedoras salas. Te sentirás como en casa. El bufé completo propone zumos, bebidas caliente, cereales y platos calientes. El desayuno está incluido en el precio de las habitaciones.
Los clientes del hotel gozan de un 10% de descuento en la cuenta del restaurante situado en las cercanías. El hotel es de no fumadores.
baño turco
El Riverside es uno de nuestros alojamientos preferidos en Praga ya que reúne todo para pasar un agradable fin de semana: su ubicación alejada del centro sin estar excéntrico (podemos descubrir a pie el barrio de Mala Strana desde el hotel), su decoración y su servicio muy cuidados, sus habitaciones de las cuales la mitad tienen vista de frente a la Vltava (el Moldau en checo).
Si ya conoces Praga y no tienes ganas de albergarte en el centro (plaza Venceslas), demasiado ruidoso para tu gusto, prueba este hotel en Mala Strana. Está muy bien situado para visitar a pie el barrio del Castillo. Si no te gusta andar (se trata de un barrio en cuesta), los tranvías pasan justo enfrente del hotel.
El hotel U Pava, situado en una bonita plaza adoquinada con un parque tranquilo, es una especie de refugio barroco donde cada uno podrá escribir su propia historia. La decoración es una mezcla de cuento de hadas y kitsch, con penumbras suaves, decoración cargada, etc. A falta de unas prestaciones más completas, el U Pava es un establecimiento de carácter romántico para pasar una estancia de lo más especial. Sin embargo, la falta de ascensor lo hace poco aconsejable para personas con movilidad reducida.
El hotel Certovka, a la orilla del Castillo y de la Catedral St Guy, les encantará a los incondicionales del puente Carlos, ya que una parte de las ventanas da justo al puente. Goza de una ubicación ideal, las prestaciones son modestas y las habitaciones, de decoración clásica y confortable, algo pequeñas.
Recuerda el nombre de este hotel, seguramente te apetecerá venir a comer justo al lado. Aunque el lugar para alojarse no sea el mejor de su categoría, sí lo es el de la cena, que ofrece un menú insólito (filetes de todo tipo de carnes). Con respecto a las habitaciones, te tiene que gustar lo viejo. Sin embargo, el hotel está bien situado.
El Mandarin Oriental, alejado del ajetreo de turistas pero a dos pasos de algunos lugares ineludibles, forma parte de los establecimientos excepcionales de la capital. El entorno es histórico, las prestaciones lujosa, pero este remanso de paz para grandes fortunas aboga por una cierta austeridad que, por desgracia, resulta un poco fría.
Sencillamente, el mejor hotel de la ciudad. No hace falta destacar que también es, sin lugar a dudas, el más caro, pero es que realmente es fantástico. Ubicado en un antiguo monasterio, su entorno histórico, sus prestaciones de lujo y la disposición de las habitaciones ha sabido conservar una cierta familiaridad combinada con su decoración contemporánea y su espíritu checo. Una experiencia espiritual en un universo de lujo: un refugio de excepción.
El Bishop's House se encuentra en una calle tranquila a pesar de estar muy cerca del Puente Carlos. Es un hotel correcto con una decoración clásica y rústica cuyo argumento de peso a la hora de alojarse sigue siendo el tamaño de las habitaciones.
Sencillamente, el mejor hotel de la ciudad. No hace falta destacar que también es, sin lugar a dudas, el más caro, pero es que realmente es fantástico. Ubicado en un antiguo monasterio, su entorno histórico, sus prestaciones de lujo y la disposición de las habitaciones ha sabido conservar una cierta familiaridad combinada con su decoración contemporánea y su espíritu checo. Una experiencia espiritual en un universo de lujo: un refugio de excepción.
El Mandarin Oriental, alejado del ajetreo de turistas pero a dos pasos de algunos lugares ineludibles, forma parte de los establecimientos excepcionales de la capital. El entorno es histórico, las prestaciones lujosa, pero este remanso de paz para grandes fortunas aboga por una cierta austeridad que, por desgracia, resulta un poco fría.
Una antigua sede de banco, una cadena de hoteles italiana, un decorado neorrenacentista e instalaciones de palacio: el Carlo IV forma parte de los nuevos lugares de prestigio de Praga. Aquellos que ya conozcan los hoteles Boscolo por haber estado en el Dei Dogi veneciano, elegirán este establecimiento con los ojos cerrados.
Si te gustan los buenos hoteles con una historia, un marco preservado, un servicio a la antigua y la elegancia de los héroes de Paul Morand, alójate en el Paris la próxima vez que vayas a Praga. Apostamos que tendrás ganas de volver.
Situado en los límites del Casco Antiguo, el hotel Art Deco Imperial ha recuperado, recientemente, su prestigioso pasado. Tras un largo periodo de reformas, el turista puede disfrutar plenamente, desde el año 2007, de las magníficas instalaciones de este histórico hotel. Las habitaciones son amplias, los servicios agradables y el restaurante te hará disfrutar de la cocina checa en un decorado de ensueño.
Los amantes del diseño han encontrado su sitio ideal, con una buena ubicación. El Josef, moderno y atípico en el paisaje hotelero de Praga, se desmarca de los demás por las prestaciones de sus habitaciones. Son grandes y cómodas, y se cuida hasta el último detalle de manera sin igual en esta categoría.
El Intercontinental de Praga está bien situado (al lado de la Vltava y del cascoantiguo, cerca del Puente Carlos). Ofrece el atractivo de una piscinacubierta, el placer de un restaurante gastronómico y unas vistas excelentes desde lo altode sus 9 plantas.
El hotel Ventana, situado de manera ideal en el centro del Casco Antiguo, es un establecimiento de encanto que cuenta con poca capacidad de alojamiento pero de calidad. Te llamará la atención la decoración moderna y elegante de este establecimiento atípico, sobre todo por las prestaciones originales, como los Dúplex donde se pueden alojar 4 personas, y que tienen unas preciosas vistas de los tejados de la ciudad. Sin embargo, se le puede reprochar la decoración minimalista de las habitaciones y la falta de personalidad.