Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
Este hotel es muy cómodo, y está bien situado para no perder el tiempo en los transportes públicos; tiene un restaurante abierto para todas las comidas (lo que no es muy común en los hoteles de Praga); y un suplemento del alma que emocionará a los "adictos a los libros". Kafka trabajó en este edificio antes de que se convirtiera en un hotel.
En Na Porici, a 2 minutos a pie de la estación de metro Namesti Republiky. El Mercure Old Town es vecino del hotel Atlántico.
A los lugares históricos (la ciudad antigua y el puente Carlos) se llega tras caminar de 10 a 15 minutos desde el hotel.
El aeropuerto está a 17 km de distancia. Calcula unos 20 minutos de trayecto.
Un tercio de las 174 habitaciones dan al patio interior (no hay ruido pero tampoco vistas) y los otros dos tercios a la calle (animada, pero la doble ventana permite dormir sin interrupciones). No hay mucho espacio (es un hotel urbano), a menos que se reserve una de las 15 habitaciones familiares (2 adultos y 2 niños) que tienen una superficie de 20 m² (un poco más amplia, sin ser grande, que los 16 m² de la doble). Mobiliario contemporáneo de líneas simples y sobrias, ropa de cama suave, tapicería de los muebles de colores discretos. Las instalaciones son de buena calidad: la televisión emite muchos canales. Climatización individual, caja fuerte gratuita, minibar, teléfono directo. En el cuarto de baño, la ducha tiene mango para masajes. Atención adicional: los productos de tocador (30 ml) de la línea de aromaterapia con la marca de la cadena Mercure. También dispone de un secador de pelo y un espejo de aumento.
Edificio de 1890, la propiedad que alberga el Mercure Old Town es de estilo neo-renacentista. 5 plantas con columnas, molduras, estatus y frisos de estuco. En su interior se han conservado diversos elementos de época: la rampa de hierro forjado de la escalera principal para subir a las otras plantas como en los tiempos de Kafka (pero también hay ascensor). El resto fue remodelado para la apertura del hotel en 2002. Se aprecia la decoración sobria sin ser apagada, los salones con mobiliario estilo Imperio y Louis-Philippe. En cuanto a los colores, se ha utilizado una combinación de rojos y amarillos: muy apropiado para el invierno, cuando oscurece temprano. Se puede admirar la decoración con tranquilidad, porque no hay gimnasio, ni jacuzzi, ni sala de masaje. Lástima, considerando la categoría del hotel.
El salón del restaurante tiene una terraza para los días de buen tiempo (con vistas al patio interior) y dos secciones distintas: acogedor para el desayuno (cuando no hay mucha afluencia), espaciosa para las otras comidas. Comida y cena, hay que conformarse con la misma elección entre el menú o a la carta. Para comer platos de inspiración checa (pato asado con coles rojas) o mediterránea (risotto, pollo con gnocchis y berenjenas asadas). Las dos opciones son buenas sin ser excepcionales. Para terminar, el buffet del desayuno es lo más destacado del hotel. Abundante (¡cuantos tipos de pan!), variado (huevos revueltos, salchichas, zumos de fruta y verdura, que no es fresca, yogures) e incluso gourmet (salmón ahumado). El café se sirve en la mesa: nada que objetar...
He aquí un hotel para los aficionados a la literatura: de Kafka, más precisamente (esto es Praga). El autor de "La Metamorfosis", que vivía en la calle de Oro (barrio del Palacio) trabajó durante 14 años en este edificio. No era recepcionista, sino agente de seguros. Su oficina, situada en la 2ª planta, se ha transformado en una habitación temática (con fotografías del escritor y de su entorno): es la número214. Resérvala con mucha anticipación, ¡porque todo el mundo la quiere!
Consejo de alojamiento
Las habitaciones dobles no son muy amplias(16 m²). Pero disponen de todas las comodidades y están bien insonorizadas (con doble ventana). Ya den a la calle o al patio interior, no oirás nada.
Las habitaciones familiares disponen de un sofá cama además de una cama doble. Paraalojar a 2 adultos y 2 niños como máximo. Cuidado, como en las habitaciones dobles, el espacio es limitado.
golf
Anonyme.
hotel sans intéret, personnel peu aimable, nourriture médiocre et chambre quelconque
Pour l'histoire. Kafka a habité à cet endroit
éloigné du centre ville et des édifices à voir.
Una antigua sede de banco, una cadena de hoteles italiana, un decorado neorrenacentista e instalaciones de palacio: el Carlo IV forma parte de los nuevos lugares de prestigio de Praga. Aquellos que ya conozcan los hoteles Boscolo por haber estado en el Dei Dogi veneciano, elegirán este establecimiento con los ojos cerrados.
El Central es a la vez un hotel y uno de los hitos para un recorrido del Arte Nuevo en Praga. Contempla su fachada (más bien de noche) y una vez en el vestíbulo... ¡Sorpresa! Pero los que tengan buen ojo detectarán rápido la historia del edificio. Un lugar impregnado de un refinamiento particular que se recomienda a quienes les guste hacer compras en hoteles.
Saliendo del casco antiguo y cerca de las líneas de tranvía y metro, el hotel Bila Labut trabaja bajo la insignia Best Western. Los habituales de la cadena se quedarán decepcionados por las prestaciones y especialmente por la ausencia de climatización. Si puedes pasar estos detalles por alto, el hotel tiene otras razones buenas como su bar, su restaurante y su pequeña sala de fitness. Sin embargo, las tarifas siguen siendo caras en conjunto.
Un hotel sencillo y bien ubicado; ideal para alojarse un fin de semana en Praga para descubrir el casco histórico a pie sin necesidad de utilizar el transporte público (aun cuando el tranvía y el metro se encuentren justo al lado del hotel).
Si te gustan los buenos hoteles con una historia, un marco preservado, un servicio a la antigua y la elegancia de los héroes de Paul Morand, alójate en el Paris la próxima vez que vayas a Praga. Apostamos que tendrás ganas de volver.
Situado en los límites del Casco Antiguo, el hotel Art Deco Imperial ha recuperado, recientemente, su prestigioso pasado. Tras un largo periodo de reformas, el turista puede disfrutar plenamente, desde el año 2007, de las magníficas instalaciones de este histórico hotel. Las habitaciones son amplias, los servicios agradables y el restaurante te hará disfrutar de la cocina checa en un decorado de ensueño.
El hotel King's Court es uno de los últimos hoteles de cinco estrellas que quedan en la capital checa. Se trata de un fantástico edificio muy bien ubicado, con el metro o tranvía justo enfrente y la Casa Municipal, al lado. Grandes volúmenes, decoración moderna, bonitas prestaciones y numerosas categorías de habitación que le dan una oferta diversificada. Sin embargo, no es muy original y más allá de los efectos chillones, el acabado, de los muebles, por ejemplo, no es muy bueno.
El Grand Majestic Plaza, abierto en 2009 en el Casco Antiguo, se distingue por su magnífica decoración Art-Deco del vestíbulo. Las habitaciones tienen un enfoque más moderno. Son grandes y están bien equipadas, accediendo a ellas mediante pasillos laberínticos. En el subsuelo encontramos un centro de bienestar.
Sencillamente, el mejor hotel de la ciudad. No hace falta destacar que también es, sin lugar a dudas, el más caro, pero es que realmente es fantástico. Ubicado en un antiguo monasterio, su entorno histórico, sus prestaciones de lujo y la disposición de las habitaciones ha sabido conservar una cierta familiaridad combinada con su decoración contemporánea y su espíritu checo. Una experiencia espiritual en un universo de lujo: un refugio de excepción.
El Mandarin Oriental, alejado del ajetreo de turistas pero a dos pasos de algunos lugares ineludibles, forma parte de los establecimientos excepcionales de la capital. El entorno es histórico, las prestaciones lujosa, pero este remanso de paz para grandes fortunas aboga por una cierta austeridad que, por desgracia, resulta un poco fría.
Una antigua sede de banco, una cadena de hoteles italiana, un decorado neorrenacentista e instalaciones de palacio: el Carlo IV forma parte de los nuevos lugares de prestigio de Praga. Aquellos que ya conozcan los hoteles Boscolo por haber estado en el Dei Dogi veneciano, elegirán este establecimiento con los ojos cerrados.
Los amantes del diseño han encontrado su sitio ideal, con una buena ubicación. El Josef, moderno y atípico en el paisaje hotelero de Praga, se desmarca de los demás por las prestaciones de sus habitaciones. Son grandes y cómodas, y se cuida hasta el último detalle de manera sin igual en esta categoría.
Si te gustan los buenos hoteles con una historia, un marco preservado, un servicio a la antigua y la elegancia de los héroes de Paul Morand, alójate en el Paris la próxima vez que vayas a Praga. Apostamos que tendrás ganas de volver.
Situado en los límites del Casco Antiguo, el hotel Art Deco Imperial ha recuperado, recientemente, su prestigioso pasado. Tras un largo periodo de reformas, el turista puede disfrutar plenamente, desde el año 2007, de las magníficas instalaciones de este histórico hotel. Las habitaciones son amplias, los servicios agradables y el restaurante te hará disfrutar de la cocina checa en un decorado de ensueño.
El Intercontinental de Praga está bien situado (al lado de la Vltava y del cascoantiguo, cerca del Puente Carlos). Ofrece el atractivo de una piscinacubierta, el placer de un restaurante gastronómico y unas vistas excelentes desde lo altode sus 9 plantas.
El hotel Ventana, situado de manera ideal en el centro del Casco Antiguo, es un establecimiento de encanto que cuenta con poca capacidad de alojamiento pero de calidad. Te llamará la atención la decoración moderna y elegante de este establecimiento atípico, sobre todo por las prestaciones originales, como los Dúplex donde se pueden alojar 4 personas, y que tienen unas preciosas vistas de los tejados de la ciudad. Sin embargo, se le puede reprochar la decoración minimalista de las habitaciones y la falta de personalidad.