Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
Un hotel adaptado para alojarse en las afueras pero sin estar excesivamente excéntrico. Vistas espléndidas de Praga. Además el hotel dispone de instalaciones deportivas porque a menudo recibe grupos (seminarios y congresos). Comodidad, servicio, habitaciones con decoración neutra. Se recomienda dentro de la categoría de los hoteles de cadena.
En Mozartova, en el barrio de Smichov que está enfrente de Nove Mesto (la Ciudad Nueva) al otro lado del río. Se tarda 10 min en metro en llegar al centro histórico de Praga.
En total hay 436 habitaciones repartidas en dos conjuntos: 300 en el edificio principal y 136 en el edificio de arriba. Para un hotel de ciudad los alojamientos son espaciosos: 25 m² en la categoría estándar y ejecutiva, 31 m² para las suites. La insonorización sonora es buena por todas partes pero las vistas no son las mismas. En el edificio principal las habitaciones dan esencialmente a una vía rápida o a la avenida rodeada de inmuebles. En el edificio de arriba resultan atractivas las dos orientaciones (panorama de Praga y vistas a un espacio arbolado con algunos chalets). En lo que concierne al mobiliario y la decoración nos encontramos en un marco contemporáneo elegante pero no de diseño. Pero no supone un problema porque cuentan con 37 canales de televisión, aire acondicionado, teléfono directo, minibar. Los cuartos de baño son espaciosos (un punto que se agradece) con bañera y secador. En lo que se refiere a los productos de bienvenida, la categoría estándar dispone de dos distribuidores de jabón líquido Lux; las otras dos categorías (superior y suite) están equipadas además de una selección de productos de bienvenida de la marca Carven.
Abierto en 1996, el Mövenpick se compone de dos edificios distintos, uno al pie de una colina y el otro en la cima. Para ir de uno a otro se utiliza el teleférico. Un medio de transporte original que reserva magníficas vistas en Praga pero que hay que esperar un poco en caso de afluencia (por la mañana y a primeras horas de la noche). La diferencia entre el edificio principal y el edificio de arriba reside en el número de habitaciones. En el de abajo hay casi tres veces más. Por ello se recomienda alojarse en el de arriba para ver menos gente. Sin embargo ten en cuenta que el centro de fitness, tienda y cajeros automáticos están en el edificio principal. En lo que concierne la decoración, ambiente rojo abajo y turquesa arriba. Conviene saber que justo al lado del hotel se encuentra la villa Bertramka, donde residió Mozart en 1787 y donde acabó su obra Don Giovanni.
Cada edificio dispone de su espacio de restauración (bar y comedor). Los clientes del edificio de arriba toman su desayuno en un espacio-pérgola con vistas panorámicas de Praga. En cuanto hace buen tiempo se instala la terraza fuera. Uno se creería casi en el campo gracias al parque que está alrededor. Se ha previsto igualmente una terraza en la ampliación de la sala del desayuno del edificio principal, pero la vista es mucho menos atractiva (vía rápida). Pero esto se compensa con un bufé muy sabroso y bien presentado. Propone de todo, desde tortillas hasta fruta fresca cortada, pasando por cereales, pastelería, tostadas y vino espumoso. A mediodía y por la noche se come a la carta. Platos de cocina internacional, especialidades checas (svikova) o suizas (ya que la cadena Mövenpick es de origen suizo).
Todas las habitaciones dobles son bastante espaciosas (25 m²) para poder equiparse de una cama suplementaria. Por lo que podemos dormir tres en la habitación.
Entre las habitaciones de categoría estándar o superior, la diferencia reside sobre todo en el nivel de los servicios. Las superiores ofrecen una bebida de bienvenida (a tomar en el bar a su agrado), un 15% de descuento en la llamadas locales, acceso gratis a Internet en el centro de negocios.
Pasa por el hammam durante tu estancia que es de acceso gratis en el centro de fitness (de 14:00 a 22:00), está equipado de un juego de luces cambiantes para estimular y relajar por turnos.
Consejo de alojamiento
Alójate en el 2º edificio (el de arriba) y pide una habitación del lado de la ciudad (con un suplemento). Magnífica vista panorámica de Praga y el río. Además tendrás a tu disposición un set de té/café en la habitación.
masaje, salón de belleza, sauna, (gratuito), hammam, puesta en forma, EPA
tenis, gimnasia, volley, golf, btt, fitness, deportes
El Riverside es uno de nuestros alojamientos preferidos en Praga ya que reúne todo para pasar un agradable fin de semana: su ubicación alejada del centro sin estar excéntrico (podemos descubrir a pie el barrio de Mala Strana desde el hotel), su decoración y su servicio muy cuidados, sus habitaciones de las cuales la mitad tienen vista de frente a la Vltava (el Moldau en checo).
Si ya conoces Praga y no tienes ganas de albergarte en el centro (plaza Venceslas), demasiado ruidoso para tu gusto, prueba este hotel en Mala Strana. Está muy bien situado para visitar a pie el barrio del Castillo. Si no te gusta andar (se trata de un barrio en cuesta), los tranvías pasan justo enfrente del hotel.
Ubicado en la orilla del Castillo y cerca de un parque arbolado con una colina desde donde se puede admirar la ciudad, el hotel Atos se encuentra situado en una calle tranquila. Sus agradables prestaciones y sus precios asequibles hacen de él un establecimiento recomendable en esta orilla del río.
El establecimiento U Krale Karla, un auténtico viaje a la Edad Media y al arte religioso, es el entorno perfecto para tu estancia en un cuento de hadas. Su poca capacidad de alojamiento lo hace un lugar tranquilo y voluptuoso. Las habitaciones son grandes y las prestaciones correctas simplemente. No te fíes de las vistas al castillo que te venden en el catálogo, para ser precisos son vistas a la muralla de los cimientos. Sin embargo, es una auténtica maravilla.
La Casa del León Rojo, situada al lado de Mala Strana, a dos pasos del Castillo y de la Catedral de St Guy, es un establecimiento familiar y acogedor. No esperes encontrar las últimas tendencias en decoración en el sector hotelero; aquí el ambiente es más parecido a una pensión familiar. Bien conservado, ofrece posibilidades de alojamiento interesantes para las familias.
El Mandarin Oriental, alejado del ajetreo de turistas pero a dos pasos de algunos lugares ineludibles, forma parte de los establecimientos excepcionales de la capital. El entorno es histórico, las prestaciones lujosa, pero este remanso de paz para grandes fortunas aboga por una cierta austeridad que, por desgracia, resulta un poco fría.
El hotel Neruda, situado al lado de Mala Strana y a dos pasos del Castillo y de la Catedral de San Vito, es un bonito establecimiento. Seguro que te gustará más el encanto de las habitaciones del edificio más reciente. Es un hotel moderno y distribuido alrededor del patio interior cubierto, aunque tendrás que subir a la parte alta de la calle Neruda para dejar las maletas.
El hotel Golden Star, en los laterales del Castillo, ofrece unas prestaciones correctas que incluyen un restaurante. Las habitaciones son relativamente grandes, la decoración sencilla, pero acogedora. 12 de las habitaciones tienen vistas a la ciudad y disfrutan de la situación del hotel en la loma. Las familias estarán encantadas con los dos apartamentos para 4 personas. Calcula 10 minutos para llegar al transporte público.
Sencillamente, el mejor hotel de la ciudad. No hace falta destacar que también es, sin lugar a dudas, el más caro, pero es que realmente es fantástico. Ubicado en un antiguo monasterio, su entorno histórico, sus prestaciones de lujo y la disposición de las habitaciones ha sabido conservar una cierta familiaridad combinada con su decoración contemporánea y su espíritu checo. Una experiencia espiritual en un universo de lujo: un refugio de excepción.
El Mandarin Oriental, alejado del ajetreo de turistas pero a dos pasos de algunos lugares ineludibles, forma parte de los establecimientos excepcionales de la capital. El entorno es histórico, las prestaciones lujosa, pero este remanso de paz para grandes fortunas aboga por una cierta austeridad que, por desgracia, resulta un poco fría.
Una antigua sede de banco, una cadena de hoteles italiana, un decorado neorrenacentista e instalaciones de palacio: el Carlo IV forma parte de los nuevos lugares de prestigio de Praga. Aquellos que ya conozcan los hoteles Boscolo por haber estado en el Dei Dogi veneciano, elegirán este establecimiento con los ojos cerrados.
Los amantes del diseño han encontrado su sitio ideal, con una buena ubicación. El Josef, moderno y atípico en el paisaje hotelero de Praga, se desmarca de los demás por las prestaciones de sus habitaciones. Son grandes y cómodas, y se cuida hasta el último detalle de manera sin igual en esta categoría.
Situado en los límites del Casco Antiguo, el hotel Art Deco Imperial ha recuperado, recientemente, su prestigioso pasado. Tras un largo periodo de reformas, el turista puede disfrutar plenamente, desde el año 2007, de las magníficas instalaciones de este histórico hotel. Las habitaciones son amplias, los servicios agradables y el restaurante te hará disfrutar de la cocina checa en un decorado de ensueño.
Si te gustan los buenos hoteles con una historia, un marco preservado, un servicio a la antigua y la elegancia de los héroes de Paul Morand, alójate en el Paris la próxima vez que vayas a Praga. Apostamos que tendrás ganas de volver.
El Intercontinental de Praga está bien situado (al lado de la Vltava y del cascoantiguo, cerca del Puente Carlos). Ofrece el atractivo de una piscinacubierta, el placer de un restaurante gastronómico y unas vistas excelentes desde lo altode sus 9 plantas.
El establecimiento At the 3 Storks, más que un hotel, hace pensar más bien en una vivienda exclusiva donde se invita a los clientes a compartir la intimidad de la casa. Las habitaciones, modernas y de diseño, son grandes aunque algunas resultan algo oscuras. Nos seduce la atmósfera tranquila del lugar. Los amantes del ruido deberán abstenerse.