Su poca capacidad de alojamiento garantiza una cierta tranquilidad. Las 19 habitaciones se dividen en varias categorías: estándar, deluxe y suite. Las habitaciones son amplias y con el mismo tono que el resto del edificio. El mobiliario es de madera gruesa, con vidrieras en las ventanas, telas colgadas, cuadros, flores secas y el techo pintado. No hay medias tintas, te tiene que gustar, pero el lugar tiene su encanto. Las ventanas, en cambio, son pequeñas y las prestaciones limitadas: televisor de pantalla plana con muchos canales, minibar y caja fuerte. En cambio, no hay climatización (solo en la 4ª planta y en las suites) y la conexión a Internet por Wifi es de pago. Tampoco hay servicio de habitaciones. Los cuartos de baño son grandes y agradables. La decoración es bastante acogedora con mármol en el suelo. Dispone también de secador de pelo. 13 habitaciones están provistas de duchas y las demás tienen bañera. Las paredes gruesas no dejan lugar a dudas en lo que se refiere a la insonorización.