A nosotros nos encantaron los apartamentos de la residencia, muy limpios, muy bien decorados y cómodos (cocina americana con placas eléctricas, frigorífico, horno o microondas, lavavajillas, cafetera, televisión, aire acondicionado individual, cuarto de baño, wc separados). Las paredes están decoradas con colores cálidos, por ejemplo en amarillos y violetas. Sin embargo, hay que destacar que no disponen de teléfono ni de caja fuerte. Los apartamentos cuentan con una terraza. Hay villas de 2 habitaciones para 4 personas y de 4 habitaciones para 8 personas, así como apartamentos con vistas a la montaña o al mar para 4/5 personas.

14 hectáreas con árboles y flores que acogen unas villas adosadas reagrupadas en aldeas, que están formadas por 2 apartamentos en la planta baja o dúplex. En total: 164 apartamentos dispuestos en los edificios de una sola planta dominando la magnífica bahía de Cupabia. Esto es un pequeño resumen del aspecto de la residencia Alba Rossa. Aquí, como la residencia es peatonal, los niños pueden jugar libremente y los padres estar tranquilos. Hay un aparcamiento a la entrada de la residencia en el que tendrás que dejar el vehículo. La residencia dispone de una piscina y de varias instalaciones deportivas. Podrás hacer gimnasia acuática y footing.

Hay un snack bar para comer o picar algo. Una grata sorpresa: el cocinero tiene mucha experiencia y, además, es creativo. Nosotros probamos el tartar de salmón y estaba simplemente DELICIOSO. Ensaladas, parrilladas, magret de pato a la pimienta, estofado de jabalí... Una carta ligera os satisfará. El snack bar suele preparar pollos y se pueden pedir para llevar. Además de la calidad del gusto de los manjares propuestos, reconocemos que el entorno reconstruido es coqueto, con mesas de madera, varias tumbonas y un ambiente tropical, con colores tornasolados. Muy agradable y exótico. ¡Además, abre de 08:00 a 00:00 h!

La residencia es peatonal. Cierra de finales de noviembre a finales de marzo. La maravillosa playa de Cupabia está a 4 km en coche, o a 20 minutos a pie por un camino de cabras marcado en el monte.