La recepción te da buenas indicaciones sobre el resto de las instalaciones, la decoración es actual y refinada, los servicios numerosos y la acogida por parte de los empleados es amigable. Se nota que los trabajadores están acostumbrados a trabajar con estadounidenses, siempre sonríen y saben ser muy pacientes con los clientes más exigentes.
El punto positivo de este hotel es que es muy acogedor porque es más pequeño que los grandes complejos de la zona. Las instalaciones están unas al lado de las otras, encontrarás una oferta amplia de restaurantes y no perderás 20 minutos para ir de tu habitación a la playa.
La parte situada frente a la playa ofrece una gran piscina, un snack bar abierto todo el día y es por allí que se la clases de yoga, fitness y aerobic suelen organizarse. Este primer espacio es agradable pero si vas de vacaciones en temporada alta, puede ser que se torne ruidoso. Para más tranquilidad podrás aprovechar el bar que está situado detrás del edificio: este espacio se dedica solo a los adultos y es mucho más tranquilo (menos cuando la clientela está tan emborrachada que no se dan cuenta de su griterío).
El hotel ofrece también un club de fitness donde podrás probar un sinfín de máquinas de últimas generación. Además tendrás que probar el espacio spa. Esta zona se sitúa en la planta baja pero ciertas cabinas de tratamiento se abren sobre la vegetación, es especialmente romántico y los huéspedes pueden gozar de una amplia oferta de tratamientos.