El establecimiento fue construido en 1985 y renovado en 2001, la arquitectura es moderna pero respeta los criterios tradicionales de la arquitectura canaria, se trata de un edificio de dos plantas, pintado de blanco. La vegetación que la rodea está bien cuidada y las partes exteriores del hotel son muy agradables.
La recepción se hace en un gran lobby, hay unos saloncitos a proximidad del escritorio de la recepción que te permitirán descansar mientras te hacen el check'in. Hay que reconocer que los muebles y la decoración en general están un poco pasados de moda, aluden a los años 80 y dan un toque retro al espacio.
En cuanto a las instalaciones, el hotel cuenta con dos piscinas (una de ellas climatizada) con piscina para niños y toboganes. Un bar de aperitivo y una terraza te ofrecen la posibilidad de tomar el sol gracias a sus tumbonas y sombrillas y si para ti las vacaciones están necesariamente asociadas a la diversión, seguro que los futbolines, la cancha de volley playa, los billares o el sinfín de actividades deportistas propuestas por el equipo de animación te seducirán.