El establecimiento tiene 343 habitaciones en total, siendo el Sol Lanzarote uno de los hoteles más grandes de la isla. Sus habitaciones se reparten en tres edificios con diferentes tipos de alojamientos. Se dividen en cuatro categorías: junior suite, doble, apartamento y family. Están limpias, cuidadas y decoradas de manera sobria y algo banal. Tienen mobiliario de melanina verde claro, mientras que los apartamentos incluyen cocina nuevecita con nevera, microondas y hornillos. En general, las salas son agradables y luminosas. Los apartamentos se componen de dos salas separadas por puertas correderas: la segunda, que sirve de salón, tiene un sofá que se transforma en cama doble para los niños o un adulto. También existen habitaciones Pierrafeu personalizadas (véase foto), diseñadas a imagen de la caverna de Fred y Wilma Pierrafeu. Todas las habitaciones tienen un balconcito pero las vistas varían entre el mar y el aparcamiento. Todas tienen grandes baños con artículos de aseo de la marca del hotel así como una bañera. En cambio, cinco de ellas están preparadas para las personas de movilidad reducida o en silla de ruedas; hay que pedirlo en el momento de la reserva.

El edificio ostenta una fachada de hormigón característica de las nuevas construcciones de la isla. A la entrada hay un gran aparcamiento para dejar el coche. El hotel tiene cuatro plantas y el hall, de techo bajo, que se parece un poco al de un centro comercial; algunas tiendas venden recuerdos y figuritas. Plantas verdes y pequeñas fuentes de interior permiten rompen la monotonía del blanco roto del suelo y las paredes. A la derecha del hall reina un bar abierto por la noche, que organiza espectáculos regularmente. El espacio piscina es bastante agradable aunque está muy animado, sobre todo en temporada alta. Los alojamientos se reparten en herradura alrededor de la piscina, lo cual significa que la mayoría de los situados delante tienen vistas al mar. El espacio exterior es menos importante que en otros hoteles; se ha dado prioridad a las tumbonas en relación a los jardines plantados de árboles y flores exóticas. La propiedad está delimitada por una alta valla; la Playa de los Pocillos está del otro lado. En términos de instalaciones, el establecimiento también tiene una pequeña sala de deporte bien acondicionada iluminada por neones y sin ventanas. Los amantes del tenis apreciarán las canchas bien cuidadas. Además se puede jugar al ping-pong gratis. Por último, recuerda que todas las habitaciones están en planta y se accede a ellas por un ascensor o escaleras.

El hotel posee un restaurante abierto para las tres comidas del día. Funciona en forma de buffet. Cada semana se planifican tres noches temáticas. La pizzería del bar de la piscina y el bar del hall te invitan también a degustar tentempiés y bebidas una gran parte del día. El restaurante a la carta, situado algo alejado a la izquierda de la piscina, sirve un surtido de platos internacionales y especialidades de las Canarias. Podrás comer o cenar en un entorno agradable y con vistas al mar.

En Lanzarote todas las playas son públicas, por lo que el Sol Lanzarote no posee espacio reservado para sus clientes. En cambio una compañía privada alquila tumbonas. La Playa de los Pocillos, la más grande de la región, es limpia y arenosa; está muy concurrida, sobre todo en verano. El agua está bastante tranquila, pero no está vigilada por socorristas.

El Sol Lanzarote forma parte de una de las cadenas hoteleras más grandes, Sol Melia, un grupo español que reúne hoteles en todo el mundo. El Sol Lanzarote abrió sus puertas en 1997 y fue totalmente renovado en 2004.