Cuatro plantas, un ascensor, 50 habitaciones: las cifras del Thingholt no son de vértigo, algo de lo que la clientela no se quejará. En este hotel de grandes dimensiones te sentirás como en casa. Se ofrecen cuatro categorías: estándar, lujo, suite júnior y suite loft. Aunque el tamaño y la distribución de las habitaciones no es absolutamente idéntico en todas ellas, el estilo es básicamente similar: suelo de cuero, paredes de hormigón armado de la primera a la tercera planta, paredes pintadas de blanco en las buhardillas de la cuarta planta, iluminación contemporánea... La unión entre el aspecto bruto del hormigón y la parte trabajada del mobiliario de diseño es agradable. En cuanto al equipamiento, cuenta con todo lo necesario: TV de plasma, caja fuerte electrónica, minibar, tetera, cafetera, cuarto de baño con paredes y suelo de hormigón, ducha italiana, lavabo de diseño, productos de tocador y dosificador de gel de ducha. Con respecto a las vistas, puedes elegir vistas a la calle (bastante ruidosa los fines de semana) o al patio interior rodeado por el inmueble. Un defecto: la iluminación no es muy funcional.