El hotel, inaugurado en 2005, posee un buen estilo, tanto en lo que respecta a la construcción como a la calidad de las infraestructuras que, al estar situadas tan cerca del mar, se dañan rápidamente. Aunque este no es el caso. La recepción, decorada en tonos vivos, dispone de una boutique ideal para reponer el fondo de armario en cuestión de ropa de playa. También cuenta con un salón donde podrás sentarte a charlar o jugar una partida de cartas cuando sopla demasiado viento en el exterior, aunque es en el exterior donde mejor se está.
Fuera, repartidas a ambos lados del extenso jardín de tres hectáreas, se encuentran las bonitas construcciones que albergan las habitaciones. En la zona central del hotel se encuentra la parte reservada a las actividades, espectáculos, la piscina, el bar y el restaurante. El hotel está dividido en dos zonas, la norte y la sur. En la zona norte hay una piscina a disposición de los clientes, especialmente para aquellos que viajen en familia, ya que dispone de una piscina para niños y allí no se realizan actividades, al contrario de lo que sucede en la piscina central. Por tanto, deberás elegir entre la animación del hotel o la zona infantil. Para disfrutar de un poco más de tranquilidad, puedes dirigirte a la playa, situada al otro lado de la verja. A los niños les encantará la oferta de actividades del club infantil, que abre durante el periodo de vacaciones escolares reunionés, el de Francia metropolitana, los fines de semana y los días festivos. Es la ocasión ideal para que los adultos puedan ir al gimnasio, practicar un poco de voley-playa, tenis, bádminton o ping-pong, ya que todo eso lo pueden hacer en el hotel, o mejor dicho, en el jardín.