El punto fuerte del hotel. Las 14 habitaciones del Blue Margouillat están todas orientadas hacia la laguna litoral. Se recomiendan las habitaciones situadas en alto por la vista y la luminosidad. Poseen un balcón provisto de estores y equipado con un cómodo salón de jardín de teca. ¡Perfecto para admirar la puesta de sol preservando su intimidad! Las habitaciones, relativamente espaciosas, están decoradas con una sobriedad de buen gusto, lo mismo que el resto del hotel: baldosas en el suelo, paredes blancas, cama baja de madera de caoba, tonos beiges y crudos. En cambio se agradecería un toque suplementario de decoración (ramo de flores, objeto de arte). En lo que respecta a las instalaciones se dispone de aire acondicionado, así como de teléfono y de televisión por satélite (que emite 8 canales, 3 de ellos de la Reunión). En cambio no hay minibar y la caja fuerte está en recepción. Los cuartos de baño disponen de aseos separados. Disponen de dos lavabos (pero faltaría una estantería para colocar las cosas), una bañera, un secador y productos de bienvenida.

El Blue Margouillat debe su nombre a una lagartija de la isla que sale sólo por la noche. Dotadas de un cuerpo transparente, estas lagartijas son verdaderos insecticidas naturales. ¡Un verdadero chollo para poder disfrutar sin problema de las veladas! Construido en 2000, el Blue Margouillat es seguramente una de las casas criollas más bonitas de Saint-Leu. El hotel, que se eleva en dos pisos, con un tejado de chapa ondulada turquesa y una varenga adornada con frontales que dominan el mar, nos muestra un aspecto cuidado al más mínimo detalle. Amueblado con elegantes salones de madera de caoba (réplicas de los modelos fabricados en el pasado por la Compañía de las Indias), la recepción posee un suelo de baldosines que recuerda el cemento enrojecido con encausto de las casas tradicionales. Una varenga (o terraza cubierta) que rodea la fachada, es especialmente agradable y resulta perfecta para tomar una copa, leer un libro o simplemente dejar vagar la mirada en la piscina. Ideal para dar algunas brazadas (no tanto para encadenar los largos), está bordeada por un solárium muy bien equipado (tumbonas de teca, colchones, toallas y sombrillas). Disfrutemos de ello y prolonguemos la duración de la siesta con los ojos perdidos en el azul cambiante del océano Índico.

Instalada bajo la varenga, la sala del restaurante ofrece una magnífica vista a la piscina y al océano Índico en segundo plano. Muy agradable durante el día, el marco se hace romántico al caer la noche cuando la luz rasante hace resplandecer la madera de las mesas y de las sillas. Por la mañana se sirve una bandeja compuesta de pan, bollería, mermeladas y un plato de fruta fresca (mango, plátano, piña), zumo de fruta y bebidas calientes. A mediodía y por la noche la carta mezcla platos típicamente criollos con sabores mediterráneos de hierbas de Provenza, aceite de oliva, ajo y cebolla. Carnes y pescados se adaptan de esta forma. El resultado es interesante. Nos ha gustado mucho el tartar de atún, la especialidad de la casa.

La playa se encuentra más abajo del hotel. y se accede a ella bordeando la carretera unos 500 m. De origen volcánico y a la vez coralino la playa está constituida de granos de arena negros y blancos. Bordeando la laguna de Saint-Leu, la playa no dispone de equipamientos particulares. Si quieres instalarte en la arena no olvides llevarte la toalla y la sombrilla. En cambio el material de submarinismo no resulta indispensable ya que los fondos no son tan claros como los recubiertos de arena blanca. En Saint-Leu encontramos centros náuticos que proponen sesiones de buceo y de pesca de altura.

Instalado dominando la laguna de Saint-Leu, el Blue Margouillat resulta un lugar íntimo. Su número de habitaciones es de lo más limitado, lo que por otro lado garantiza un servicio personalizado a los clientes. Se viene aquí para relajarse en un marco muy cuidado; el de una gran casa criolla amueblada como una galería de arte.
Cuidado con el estaurante gastronómico que no resulta nada económico, y los amantes de los deportes y el baño en la laguna tendrán que caminar un poco (500 m). Lo mejor es alquilar un coche para evitar tener que bajar (o subir) andando la colina empinada donde se encuentra el hotel. También podemos aprovechar para descubrir la costa sur, muy accesible desde el Blue Margouillat.