El Grano de Oro dispone de unas cuarenta habitaciones, 3 de las cuales son suites. El espacio disponible varía en cada una de ellas. El hotel diferencia las 10 habitaciones estándar de las 5 habitaciones superiores, ya que las últimas son más grandes. Entre las 22 habitaciones de lujo, 7 dan a un agradable y pequeño patio. Algunos apreciarán y otros no tanto, estos universos anticuados, estos espacios acondicionados con camas realzadas de hierro forjado, grandes moquetas oscuras y adornadas con flores sobre un parqué oscuro, colores pastel, sillones confortables y numerosas luminarias. Merece mención especial la suite Grano de Oro, un amplio espacio elegante y muy recargado de estilo inglés, con sus paneles de madera que encontrarás incluso en el cuarto de baño, su mobiliario trabajado y su jacuzzi con vistas a la ciudad. Los equipamientos disponibles son una televisión por satélite, un ventilador, un minibar, un teléfono y en el cuarto de baño, bañera o ducha y productos de tocador básicos. El servicio de habitaciones funciona de 6:00 a 22:00.

Las apariencias engañan, es el interior del Grano de Oro que tiene encanto. Construido hace más de un siglo por una familia de Costa Rica, esta gran vivienda con encanto es un verdadero pequeño laberinto que te sorprenderá positivamente a la vuelta de cada esquina. La vegetación brota en varios pequeños jardines interiores adornados con fuentes. El hotel abrió sus puertas en 1993. En 2007, se reformaron el restaurante y el vestíbulo. Este último, de un estilo mucho más moderno, contrasta con el resto del hotel, teniendo en cuenta su gran altura bajo techo y su apariencia cálida y luminosa realizada a partir de raíces de un árbol africano.

Al mando de este excelente y famoso restaurante, Francis Canal, un chef francés apasionado y muy accesible instalado en el Grano de Oro desde hace 14 años y en Costa Rica desde hace 21 años. Sirve una cocina francesa que ha conseguido combinar a las mil maravillas con productos locales y sabores de Latinoamérica. El entorno es muy elegante. En la planta baja, nos podemos instalar en el maravilloso patio o elegir el interior acogedor y cálido con sus largos sofás en forma de concha, sus mesas agradables, su largo mostrador, sus cómodos sillones, sus cristaleras o sus ventanas revestidas de pesadas cortinas y abiertas al patio. En planta el panorama es todavía más íntimo y privado. La carta del desayuno es rica y variada, la del almuerzo es ligera con sabrosos sándwiches muy elaborados. La cena es gastronómica. Sugerencia del chef: gamas asadas a la vainilla o lobo con salsa de macadamia. A imagen del lugar, se ofrece una suculenta carta de vinos con botellas procedentes de Chile, Argentina, California, Italia y por supuesto, de Francia. No olvides reservar antes de venir ya que el lugar suele estar muy concurrido.

El hotel está dotado de tecnología inalámbrica.

Consejo de alojamiento:
Si te lo puedes permitir, elige una de las 7 habitaciones de lujo con un pequeño patio.