El Valle dell Erica fue construido en 1958, dos años antes del « nacimiento » de la costa esmeralda en la costa norte oriental de Cerdeña, y ha ido evolucionando con el tiempo. Al principio había algunos bungalows que acogían a los clientes más privilegiados en busca de sol y playa. Porto Pozzo era la destinación VIP a la que acudían turistas a hacer nudismo en sus playas. Desde ese tiempo de « ligereza », el Valle dell Erica ha ido creciendo y en 2006 se han añadido nuevas infraestructuras, todas esparcidas por varias hectáreas, en medio de un jardín natural perfumado con los olores de flores y plantas sardas (el Valle dell Erica recibe su nombre de una planta local). Un dominio natural muy agradable del que podrás gozar desde tu llegada al hotel. La entrada, en particular, el vestíbulo, es muy acogedora con una decoración meticulosamente pensada y un estilo original. Techos altos, vigas aparentes, plantas, buena elección del mobiliario y de colores... todos los elementos están en perfecta armonía y le conceden al lugar un cierto frescor. A la derecha, el restaurante principal tiene una decoración similar y está dedicado a los desayunos y, cosa rara, al almuerzo mediterráneo servido en formato buffet (pasta, ensaladas, quesos y fruta). Un segundo restaurante frente al mar completa la deliciosa oferta gastronómica. Pero lo que más nos gusta es el centro de talasoterapia « Le Thermea», muy completo con una muy amplia gama de tratamientos. Si has venido a relajarte, la visita al centro es obligada. Las habitaciones son muy acogedoras y perfectas para el reposo absoluto. El Valle dell Erica es un lugar ideal si lo que buscas es tranquilidad. Además, los niños estarán muy bien cuidados. Así podrás ir tranquilamente al centro de talasoterapia para que te mimen, darte un chapuzón en la piscina con desbordamiento o en el mar de color esmeralda... ¡cuánta felicidad!