El Bagamoyo no es un hotel joven. El edificio principal se construyó a finales de los años 60 y el hotel se ha ampliado gradualmente. De todas formas, esta edad avanzada solo se aprecia en el simpático estilo kitsch del vestíbulo y de ciertos espacios comunes. Podrás olvidar fácilmente el conjunto de la arquitectura, con edificios de un máximo de dos plantas, cuando te pasees por los espléndidos jardines de buganvillas, palmeras y laureles de flor. El punto fuerte del hotel es sin lugar a dudas su entorno. El Bagamoyo, rodeado por un pinar en el que se encuentran las dos pistas de tenis, los campos de petanca, de tiro con arco y el club infantil, es inmenso y cuenta con una vegetación exuberante, por lo que resulta un lugar de veraneo agradable. La piscina se encuentra en el centro del establecimiento, entre el restaurante y el bar principal. La discoteca y el segundo bar quedan un poco más alejados, ya que están situados bajo una gran carpa, cerca de la playa.
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El Bagamoyo disfruta de las actividades organizadas por el equipo de animación del Lookéa, tanto para los pequeños como para los mayores. El club infantil (4/8 años), el club júnior (8/12 años) y el club juvenil (12/16 años) abren todos los días de 9:00 a 17:30 h. Y el pequeño toque italiano: el hotel incluye una "biberonería" por 105 euros a la semana, que permite que los padres accedan a una sala especial con todo lo necesario para los bebés (camas adaptadas, cambiador, calienta biberones...) así como una canguro previa solicitud.
Para los niños mayores, hay actividades de tenis, petanca, torneos, bicicleta, vóley playa, cursos de baile o de italiano, aquagym, espectáculos nocturnos... Todo ello a cargo de los 12 animadores del equipo del Look. También es posible practicar equitación, golf o rafting (con suplemento).