El edificio data de 1974 y eso se nota. La última renovación se realizó en 1998, y le convendría un pequeño lifting. Es un edificio bastante feo, que recuerda más a un bloque de viviendas que a un palacio, y que incluye 109 habitaciones comunicadas por dos ascensores, cuando funcionan... Abierta entre las 07:30 y las 19:30 h, la piscina es clásica (rectangular), no muy grande y con una profundidad de 1,80 m. Está rodeada de una pequeña terraza solárium con tumbonas azules de plástico, sombrillas de tela blanca, duchas y algunos cactus por aquí y por allí. Acuérdate de llevar toalla. Los niños podrán chapotear en una piscina cuadrada de 40 cm de profundidad. Las vistas de la bahía y de las montañas del entorno son espléndidas. Una escalera conduce al subsuelo donde se encuentra una segunda piscina cubierta, aunque no climatizada, ni demasiado limpia (observamos algo de arena en el fondo). El espacio incluye también un pequeño gimnasio (con el equipamiento mínimo) un jacuzzi, un hammam y una sauna (que estaba fuera de servicio en el momento de nuestra visita). En resumen, tiene equipamientos, pero están mal mantenidos, incluso con barandillas inestables. El bar abre de 11:00 a 23:00 h, pero a veces resulta imposible encontrar un camarero que te sirva.