Bienvenido a la modesta residencia de Toni Montis, un establecimiento familiar que existe desde el siglo XVII y que se encuentra ubicado en las laderas de una colina que domina la bella bahía de Puerto de Sóller, con su puerto (que ha dado nombre al hotel) y sus majestuosas montañas. En el Es Port podrás realizar un viaje a través del tiempo. De lejos se puede apreciar su torreón, en lo alto del cual se encuentra una de las suites. A ella se accede a través de una estrecha escalera de caracol. Hay una cisterna de agua potable que se esconde detrás del torreón, que servía antaño como atalaya contra los piratas. El bar no es otro que la antigua almazara, el salón las antiguas caballerizas y la recepción se utilizaba antaño como cocina. En definitiva, cada uno de los espacios posee una apreciable historia. Junto a la recepción todavía cuelgan hoy las cacerolas de cobre a modo de decoración. Una sala con paredes de piedra vista, decorada con escudos, ballestas, armaduras y cascos antiguos, hace las funciones de biblioteca, sala de televisión y zona de conexión a Internet con dos ordenadores. El edificio data de 1654 y los abuelos de Toni lo transformaron en hotel en 1959. Actualmente cuenta con 150 habitaciones, aunque su número pronto aumentará. Las habitaciones están repartidas entre el edificio principal de cuatro plantas, a las que se accede en ascensores, y el edificio anexo (donde antaño vivía el personal del servicio). Al hotel se accede a través de un patio florido, con una escalera exterior de piedra que sube al primer piso. En la entrada, a mano derecha, se puede admirar una bonita capilla barroca, muy bien decorada, que data de principios del siglo XIX. En el exterior, resulta muy agradable pasear por los jardines repletos de flores, granados, olivos y palmeras, con el sonido del agua de las fuentes como hilo musical. Mientras unos duermen la siesta a la sombra de los olivos, otros prefieren jugar a las cartas o leer en las mesas de piedra. En la zona de césped se han colocado algunas tumbonas. El silencio del lugar es impresionante, incluso si la piscina, situada más abajo, está llena de gente. Se trata de un amplio rectángulo de 25 m de largo y 2,60 m de profundidad que abre entre las 10:00 y las 19:00 h. Fue construida en 1962, época en la que no se veía el sentido de tener una gran piscina situada tan cerca del mar. A causa de ello, el abuelo de Toni fue objeto de burlas, aunque en realidad fue un visionario y tuvo razón en hacerlo así. Los más pequeños también disponen de su propia piscina redonda, bastante grande y con una profundidad de 60 cm. Hay un bar que sirve tentempiés de 13:00 a 15:30 h. Encontrarás tumbonas a la sombra de sombrillas de paja y duchas. Se facilitan toallas en la recepción pagando una fianza. Además, hay una segunda piscina rectangular y alargada, cubierta y climatizada, con chorros de hidromasaje, un jacuzzi y una sauna que abre de 7:30 a 21:00 h y tiene una profundidad de 1,50 m. Cuando hace buen tiempo se puede salir a la zona de césped, acondicionada con tumbonas y sombrillas de lona blanca.