El edificio principal de 5 plantas ya da vértigo desde el exterior, pero prueba la experiencia de subir en el ascensor de cristal de dentro. Y eso que no se trata del hotel más grande de la costa pero, con todo, las dimensiones del Royal Salem dan vértigo. Además del edificio principal, el hotel cuenta con tres anexos de 2 a 4 plantas repartidos en un parque de 7 hectáreas. Este último también ofrece los equipamientos indispensables en todo hotel-club tunecino que se precie: dos piscinas exteriores (agua de mar y agua dulce) con toboganes, una interior climatizada con jacuzzi, un piscina "tranquila", una gran sala de fitness, dos pistas de tenis (gastadas), un tiro con arco y un pequeño centro de bienestar con dos cabinas de masaje y un salón de belleza. Pese a que las instalaciones tienen el mérito de existir, se aconsejaría una buena mano de pintura. El club infantil en particular...