En dos plantas encontramos 6 habitaciones y una magnífica suite con la parte del dormitorio en lo alto. En este edificio de antaño con piedra antigua vista, los propietarios han optado por amueblar y equipar las habitaciones con un estilo moderno. En unas líneas muy depuradas, el mobiliario de madera brillante y los sillones de cuero no transmiten el encanto que deberían. Las camas son muy cómodas y de excelente calidad. Las paredes de época se han mantenido intactas, por eso no hay ninguna habitación del mismo tamaño ni con la misma disposición. Aunque las habitaciones estándar son un poco pequeñas, las suites permiten tener un espacio de salón muy honorable. Tampoco se han cambiado las aberturas de las ventanas, de modo que las habitaciones son bastante oscuras. En cuanto al cuarto de baño, con bañera o ducha, en función de la distribución, sorprende que hayan escogido la marca Yves Rocher para sus productos de tocador. Huelga decir que todas las habitaciones tienen minibar, televisión de pantalla plana, música y albornoces.