Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
Abierto en 2013, el Lindsey es un hotel urbano situado al final de una callejuela de Saint Pierre, la ciudad principal del sur de la isla. Se viene a este hotel por su situación céntrica, pero también por su encanto y su comodidad. Es un punto de partida perfecto para recorrer la isla en coche o en bus, pero no se aconseja a los turistas que quieren pasar unas vacaciones tradicionales en la playa.
Lindsey - © IGOR LUBINETSKY / EASYVOYAGE
Lindsey - © IGOR LUBINETSKY / EASYVOYAGE
El hotel Lindsey se encuentra a 300 metros de la playa de Saint Pierre. Hay restaurantes y bares a unos minutos a pie.
El hotel dispone de 17 habitaciones distribuidas en dos plantas a las que se puede acceder en ascensor. Parecidas pero no idénticas, las habitaciones tienen una pared de color rojo y un mobiliario moderno. Es una decoración muy agradable que seguramente gustará a la mayoría. En cuanto al equipamiento, se aprecia la climatización, el ventilador y la pantalla plana. Solo el tamaño es un poco limitado. Las habitaciones de la planta baja disponen de una terracita y las de la primera planta de balcón. Los cuartos de baño, con un lavabo colocado en una tabla de madera, también son estrechos. Disponen de ducha de lluvia y 5 de ellos también wc. Los otros tienen el privilegio de contar con wc separados. Es una lástima que la ventilación se ponga en marcha al mismo tiempo que la luz, pero suele ser así.
Este hotelito lleno de encanto está en una casa azul de arquitectura criolla. Aunque la minúscula piscina visible desde el aparcamiento no es muy atractiva y está a la sombra, los clientes apreciarán refrescarse en ella al volver de las excursiones o darse un masaje en la zona de hidromasaje. El interior del hotel es acogedor y está decorado con gusto, pero los espacios comunes son minúsculos. En ellos se puede echar un vistazo a la información para programar las próximas excursiones, beber un café o tomar un buen cóctel por la noche. Delante del hotel hay una terracita de madera. Desafortunadamente da al aparcamiento, lo cual le resta encanto.
El desayuno bufé por 10 euros incluye fruta fresca, bollería y otros grandes clásicos del desayuno continental. Los clientes se instalan en el saloncito bien acondicionado o en la terraza, pero en esta no hay sitio para todo el mundo.
La playa de Saint Pierre se encuentra a 300 metros del hotel. No es tan bonita como las de la costa oeste pero dispone de una laguna en la que darse un baño. Muy frecuentada, es una playa acogedora de ambiente local.
El hotel está cerca de la estación de autobuses, ideal para los turistas que quieren recorrer la isla en autobús.
El ascensor muestra 9 plantas pero solo hay 2... A lo mejor era el modelo que estaba de oferta...
Dos aparatos de deporte permiten hacer ejercicio a quienes no hayan quemado toda su energía en las montañas.
El Palm es un hotel totalmente nuevo, el establecimiento más reciente de la Reunión. Este lujoso hotel de diseño y líneas refinadas domina el mar. Los únicos inconvenientes son que no está a orillas del mar y que su clientela es algo elegante y estirada. En resumen, no es el mejor lugar para las familias que busquen un lugar distendido y sin refinamientos.
El Villa Bella, un lugar lleno de encanto, de lujo y de intimidad, es un establecimiento sin igual. Este hotelito artístico gestionado por una pareja muy amable que lo han hecho todo ellos mismos, es una vivienda encantadora reservada para aquellas parejas que quieran tranquilidad y comodidad en un entorno artístico en el que las obras de arte son omnipresentes.
El Villa Morgane, un encantador hotelito de pueblo, solamente cuenta con 6 habitaciones, cosa que le permite conservar un ambiente familiar. Sin embargo, los niños no son bienvenidos. Las parejas podrán pasar una estancia romántica en este lugar donde les van a cuidar. El único inconveniente es la proximidad de la carretera, aunque no hay tránsito por las noches, así que no te molestará ningún ruido. Además, ¡Buda te protege!
El Domaine des Pierres, de reciente creación, es un hotel inmerso en la naturaleza en el corazón de un parque botánico, lejos del bullicio turístico de Saint-Gilles. La arquitectura es bella pero los equipamientos son desiguales. Los turistas sedientos de naturaleza en un entorno propicio para el descanso quedarán sin duda seducidos.
Bien diseñado para pasar unas relajantes vacaciones en un ambiente distendido, el Floralys es ideal también para los que deseen descubrir los lugares más desconocidos de La Reunión. Como el sur y el este, que se encuentran a las puertas del hotel.