El hotel dispone de 290 habitaciones, todas ellas equipadas para hospedar a un máximo de 3 personas, entre las que se encuentran 12 suites (con salón). Si viajas solo o en pareja, dispondrás de bastante espacio, no así si viajáis tres personas (unos 30 m²). La tercera cama es una auténtica cama (una ventaja en cuanto a confort y un inconveniente en cuanto a estética, ya que no se puede plegar si no se utiliza). En lo referente a las vistas, si las habitaciones que dan a la piscina, situadas en la tercera planta, ya están ocupadas, las demás darán a la piscina y a los jardines, a la entrada del hotel (decorada con una florida fuente), a la zona recreativa del club infantil y a los jardines o a los extremos del hotel (sin duda, la peor vista de todas, aunque todo es relativo, ya que también dispone de vegetación). Todas las habitaciones tienen balcón (tanto en la planta baja como en las superiores), con sillas de plástico y mesa baja. El resto del mobiliario es de madera pintada, con toques decorativos de hierro forjado. Los equipamientos: televisión, aire acondicionado, teléfono, caja de seguridad y minibar. El cuarto de baño dispone de bañera, secador de pelo, productos de tocador de 30 ml de la marca Yasmine.

Con su edificio de 3 plantas, compuesto por un bloque central y una nueva ala construida en 2008, el Dar Ismail se distingue de los restantes hoteles de Tabarka por sus muros pintados de colores vivos (amarillo, rojo), las hiedras que trepan por algunas de sus fachadas y por un ambiente que recuerda al sur tunecino... A pesar de este anacronismo geográfico, el hotel se encuentra en el norte del país. En los jardines, repletos de pinos y palmeras, se encuentra una piscina con una zona parar niños con fuente, un recorrido lúdico con una pasarela y una piscina rodeada de chorros de agua en forma de cuellos de cisne: con unos 25 x 15 m, esta piscina permite nadar cuando el hotel está poco lleno. De lo contrario, te puedes tumbar en alguno de los tranquilos rincones del jardín: en el césped, a la sombra de un árbol o de una sombrilla. Ambiente mediterráneo aunque no tenga vistas al Mediterráneo. De hecho, la playa se oculta tras la barbacoa (restaurante de la piscina) y tras un muro bajo que divide los terrenos del hotel a orillas de la playa. Al abonar una fianza, podrás disponer de toallas de playa. En cuanto a las infraestructuras, muy útiles en caso de que el tiempo no acompañe (en el norte de Túnez suele llover en invierno), la piscina cubierta no es demasiado espectacular (7x4 m); sin embargo, siempre puedes ir al centro de bienestar. La decoración es sencilla y los precios razonables: un masaje cuesta aproximadamente 15 euros, el acceso al hammam (con tratamientos) unos 20 euros.

El restaurante principal se encuentra junto a los jardines, detrás de la piscina. Las mesas están instaladas junto a amplios ventanales (las más agradables), aunque no en la terraza (lo que es una pena); la sala, dividida en zonas, tiene una capacidad máxima para 750 comensales... Cuando está llena, suele haber bastante ruido. Es recomendable acudir en diferentes horarios: al principio del servicio, para el desayuno y el almuerzo, o a final de servicio para la cena. De este modo, evitarás hacer cola en el buffet y no tendrás que soportar el ruido del restaurante. Otras posibilidades: la barbacoa junto a la piscina (una estructura abierta cubierta por un tejado de tejas), el restaurante a la carta junto a la playa (mesas en el interior y en la terraza). Sin embargo, las plazas son limitadas.

Deberás atravesar los jardines para ir a la playa. Ésta empieza justo después de pasar el muro que delimita los terrenos del hotel. Situación privilegiada en uno de los extremos de la zona turística, vistas al Fuerte Genovés, acceso a la ciudad de Tabarka situada a 20 minutos a pie por la orilla. A lo largo de los terrenos del hotel, se encuentra la playa, con aproximadamente 1 km de largo y 40 m de ancho, por lo que es bastante espaciosa: esto no impide que las sombrillas de paja estén reunidas en 6 filas. Son ideales para descansar a la sombra, aunque la estética y la tranquilidad del lugar se vean afectadas. Por el contrario, el baño es muy agradable: fondo arenoso, agua transparente (la costa de Coral es uno de los litorales más bonitos de Túnez). En cuanto a deportes, dispone de algunas embarcaciones sin motor. El hotel no dispone de club de submarinismo: deberás ir a uno de los clubes que se encuentran en el puerto de Tabarka (la carrera en taxi es de unos 3 euros y hacer submarinismo, con el equipo, te saldrá por unos 30 euros).

El Dar Ismail está abierto todo el año. Con una oferta limitada de instalaciones para el invierno (pequeña piscina cubierta, centro de bienestar, hammam, sauna). En verano, el hotel puede hospedar hasta un máximo de 900 clientes. Como cuenta con la etiqueta del turoperador italiano Francorosso, predomina la clientela italiana. Elige el Dar Ismail preferentemente para alojarte en temporada media (abril-mayo, octubre-noviembre): hay menos gente, más sitio en la piscina y en el restaurante.
Consejo de alojamiento
Todas las habitaciones están equipadas para acoger a 3 personas. Es una ventaja si viajáis dos personas. De este modo, podrás utilizar la cama supletoria como sofá.
La mejor vista desde las habitaciones es la que da al mar, en la planta tercera y última: vistas a los jardines, la piscina y una esquina del Mediterráneo (solicítala en la recepción si el hotel no está lleno).
Más sobre tarifas y reservas en www.hoteldarismail.com.