Los 37 alojamientos se reparten en 13 bungalows de playa y 24 sobre pilotes, entre los que encontramos 9 de primera categoría, 7 premium y 8 suites. Todos los bungalows son magníficos, no importa en cuál te alojes (aparte del baño semiabierto en los bungalows de playa). Los dos pontones sobre pilotes están colocados cada uno a un lado del islote, con lo cual no tendrás vecinos justo enfrente. Todos los bungalows tienen una superficie suficiente (desde 45 m² hasta 93 m²). Están acondicionados de una manera tradicional y elegante a la vez: parqué vitrificado de color miel, estructura de madera aparente, mobiliario de madera con colores que combinan bien. En cuanto a las instalaciones, los bungalows sobre pilotes de categoría superior están cerca del canal natural que une el océano a la laguna, por lo que no tienen acceso directo a ésta desde su terraza. Si bien hay mucha corriente, es la categoría a elegir si quieres ver tiburones (pequeños e inofensivos) desde la terraza de tu bungalow. Otro tema a comentar en cuanto a las instalaciones es que los bungalows sobre pilotes de categoría superior y los llamados "premium" no tienen climatización, ya que están en un lugar donde los vientos alisios soplan con frecuencia. Sin embargo, sí que disponen de ventilador de techo. Por último, solamente las suites disponen de bañera, para ahorrar en agua (se trata de agua de mar desalada en Tikehau). Si bien el hotel se aconseja sobre todo a las parejas, también puedes venir en familia ya que los bungalows disponen de un sofá cama. Las familias con dos niños deberán pedir uno de los bungalows más espaciosos además de una cama supletoria. En lo que se refiere a los equipamientos, los bungalows son muy completos y poseen secador de pelo, productos de tocador de la marca Manea de 50 ml, albornoces, sillones y mesa de teca en la terraza (en las suites, tumbonas), televisión de pantalla plana, teléfono, minibar, facilidades para hacer té y café (sobres) y caja fuerte.

El nombre del Tikehau Pearl Beach Resort proviene de la actividad de la producción de perlas en la laguna, en la actualidad casi inexistente. Solamente hay una granja de perlas en activo que no se puede visitar. La reducción de la producción de perlas se debe al microclima del atolón, expuesto a los vientos del océano que agitan la laguna, remueven la arena del fondo y disminuyen la calidad de las perlas que se rayan con los granos de arena que las ostras absorben. A pesar de las corrientes de aire, para nosotros el Tikehau Pearl Beach es uno de los hoteles más maravillosos del mundo. Y ello gracias a su emplazamiento en un motu con arena rosa que bordea la laguna y una landa rocosa de color gris y negro que eriza el océano. Entre los dos encontramos lagunas de un color azul verdoso, cocoteros que se inclinan hacia la orilla, bancos de arena en los que se posan aves marinas. El motu Aua, una auténtica isla a lo Robinsón Crusoe (aquél que vivió en una isla desierta) te hará sentir el escalofriante sentimiento de aislamiento, sin por ello tener que sufrir las consecuencias. En efecto, el pueblo de Tuherahera está a tan solo 10 minutos en barco, o a una hora de caminata por la playa (hay que llevar sandalias de plástico para atravesar los vados entre ciertos islotes). El pequeño hotel (solo tiene 37 bungalows) se organiza alrededor de un espacio que va de la recepción al bar y al restaurante pasando por el lateral de la piscina. Ésta está rodeada por una terraza de cemento, con poca vegetación alrededor, acondicionada con tumbonas de teca bajo sombrillas de tela, con vistas a la laguna de agua aún más cristalina. Los jardines plantados de cocoteros empiezan más allá de las zonas comunes, y es aquí donde encontramos los bungalows de playa y el spa, también acondicionado en un bungalow orientado a la barrera de arrecifes y al océano. Las vistas son espectaculares, pero los masajes son bastante caros (72 euros por media hora). Si quieres que te mimen en la laguna, elige el tratamiento Pape Miti con la mesa de masajes dentro del agua (126 euros por 50 minutos).

En el Tikehau Pearl hay un bar y un restaurante, ambos acondicionados de manera tradicional, poco característico de los complejos de este tipo, pero que se benefician de un entorno exclusivo en la arena, a dos pasos de la laguna y del océano. El bar es un faré situado al lado de la piscina y el restaurante se encuentra en la prolongación, a orillas de la laguna y de la landa coralina que compone la barrera de arrecifes. En este lado de la isla a menudo sopla una brisa marina, que si bien le procura al lugar una ventilación natural, limita las posibilidades de instalar mesas sobre la arena, cerca del agua. El entorno es muy romántico. Hay algo rebelde e imponente en este paisaje que le da una impresión de aislamiento. El restaurante Poreho (que en tahitiano significa concha de porcelana) está en un entorno natural pero ofrece un lujo inesperado en el servicio y una carta muy refinada. Para apreciar esta elegancia es mejor pedir pescado (como salmón de los dioses, pescado tahitiano con sabor a atún blanco o mahi-mahi, dorada lampuga). La carne es importada, pero tiene mucho sabor, por ejemplo el cordero asado. Es mejor no pedir la ensalada de gambas de Nueva Caledonia, a no ser que sea tu plato favorito, ya que los crustáceos de los mares del sur no tienen el mismo sabor matizado que los del Atlántico. Si tu presupuesto es reducido, los platos de pasta son una buena alternativa: tagliatelle con champiñones o penne con verduras crudas, a unos 15 euros. Los otros platos son más caros: 24 euros para el pescado y 26 para la carne. Los precios de las bebidas son más razonables: la cerveza local cuesta 5 euros, una copa de vino, de 6 a 9 euros, o un zumo de piña de botella, unos 3 euros. El restaurante abre para las tres comidas. Por la mañana se sirve en formato buffet, y si bien propone de todo la presentación no es de las mejores; por ejemplo, la nevera con los quesos y la fruta parece sacada del almacén del restaurante. En él encontrarás huevos revueltos, champiñones, tomates fritos, bollería, bizcocho casero, yogures y cereales. El bar se llama Tianoa que en polinesio significa lunar.

La playa de la laguna se extiende hasta el infinito, pero solamente está acondicionada en la parte donde se encuentran los bungalows, un espacio de unos 500 x 20 m. Las sombrillas, sin embargo, son naturales: cocoteros y árboles filaos ("aito"). También hay algunas tumbonas de teca en las que poder instalarse tranquilamente sobre la arena. Pero, dadas la categoría del hotel y su configuración, los clientes suelen relajarse al borde de la piscina o en su terraza privada (porche en los bungalows sobre pilotes o terraza de madera en los bungalows de playa), por lo que la playa que bordea el hotel está a menudo desierta. Se trata de una arena de grano fino mezclada con restos de coral un poco más gruesos traídos por las olas, que forman una mezcla de rosa y blanco. Si quieres ver bonitas playas de arena rosa deberás caminar un poco: ponte las sandalias de plástico para vadear la laguna y camina por la playa en dirección al spa, las magníficas playas de arena rosa se encuentran a 100 m después del vado. Podrás continuar la excursión sin miedo de cruzarte con perros vagabundos. Si te apetece, puedes darte un chapuzón en la laguna de Tikehau que se caracteriza por un agua cristalina de una pureza extraordinaria. Adéntrate un poco en el agua (el desnivel es moderado) y mira a tu alrededor la cantidad de peces que hay, te sentirás como en un acuario inmenso. Peces ballesta, rémoras, peces loro, peces payaso... ¡No sabrás dónde mirar! Si quieres hacer snorkelling, puedes hacerlo en el perímetro marino del pontón cerca del spa, para así evitar las fuertes corrientes del océano.

El Tikehau Pearl Beach Resort es el único hotel de Tikehau, por el momento. Sin embargo, el atolón cuenta con otras posibilidades de alojamiento como pensiones familiares situadas en el motu del aeropuerto o en su prolongación inmediata, en el pueblo de Tuherahera o en las afueras. En total, hay unas diez.
La única carretera asfaltada del atolón va del aeropuerto al pueblo, y pasado el puerto se convierte en un camino de tierra que va hasta el extremo del motu donde encontramos una bonita playa pública. Se puede recorrer en coche o en bici.
Consejo de alojamiento
Los 13 bungalows de la playa, con su porche de madera sobre la arena, sus tumbonas y su hamaca colgada entre dos cocoteros, son muy atractivos, pero su cuarto de baño está semiabierto a un pequeño jardín privado. Esto significa que la ducha no está cerrada, ni tampoco los wc. No estaría de más poner una cortina para darle un poco de "privacidad" al lugar. Además, hay bastante viento en Tikehau, por lo que te ducharás rodeado de los elementos.
Tarifs et réservations sur www.pearlresorts.com.