El Domaine des Palétuviers, originariamente un centro de caza, pasó a ser un albergue a partir de 1994. En cinco hectáreas, los veraneantes aprovechan el espacio agradablemente sombreado por unos magníficos árboles como baobabs, ceibales, buganvillas, palmeras, laureles, flamígeros... Grandes avenidas más o menos definidas están recubiertas de conchas blancas y llevan a las distintas estructuras que se encuentran dispersas por el parque, normalmente al mismo nivel. Los magníficos árboles y las sombrillas de fibra vegetal cubren las tumbonas dispuestas alrededor de la piscina redonda, con una profundidad de 2,20 m. Más arriba, los niños se divierten en la piscina pequeña. En la entrada del parque, al lado del bungalow de la recepción, los huéspedes se instalan en el bar. También pueden escoger el segundo, en el otro extremo. Este último, tan sólo con unas mesas y sillas de madera y mimbre sintético, dispone de una agradable situación en altura, y es el lugar perfecto para comer una parrillada. Este agradable espacio ofrece unas bellas vistas al Bandiala (uno de los brazos del Saloum) y a la escalera de poca pendiente que lleva al pontón en el que se amarran las cuatro piraguas (para las excursiones) y la lancha motora del hotel. Aquí abundan los mangles. Si te fijas, podrás ver las ostras pegadas en sus tallos.