


Este hotel es aconsejable para descansar durante la ruta a Túnez, y pasar unos días en Tozeur. Sus instalaciones son sencillas, pero su decoración, que se inspira en los palacios tradicionales, realza todo el conjunto.
- Cultura
- Norma internacional
Este hotel es aconsejable para descansar durante la ruta a Túnez, y pasar unos días en Tozeur. Sus instalaciones son sencillas, pero su decoración, que se inspira en los palacios tradicionales, realza todo el conjunto.
En el extremo de la zona hotelera de Tozeur, a 5 km del centro de la ciudad y del aeropuerto. Calcula 10 min de trayecto. A un cuarto de hora se encuentra el Golf Oasis, un campo de golf de 18 hoyos.
De las 109 habitaciones, la mayoría de ellas están preparadas para acoger a dos adultos y un niño (1 cama doble y 1 sofá cama). No son muy grandes (16 m² las más pequeñas) y no tienen balcón, a excepción de la suite, donde las camas están colocadas en una habitación de madera aparte. Respecto a la decoración, se ha optado por la simplicidad (paredes blancas, mobiliario contemporáneo de madera clara) con un toque local (alfombra con motivos estilizados colgada encima del cabecero de la cama). Los equipamientos incluyen climatización, teléfono (pasando por la centralita), televisión por satélite, minibar y un cuarto de baño con bañera, secador de pelo, caja fuerte y distribuidor de jabón líquido. El mobiliario de las habitaciones se renovó en 2008.
Construido en 1996 y renovado en 2008, el Ksar Djerid se compone de tres edificios de dos pisos con dos patios interiores, uno de ellos con una fuente y el otro con una piscina. Ésta tiene forma de estanque de 20 x 10 m, prolongada con una zona para niños. A lo largo de la piscina, se extiende una terraza acondicionada como solárium, pero no hay jardines. Las vistas dan a los pasillos que llevan a las habitaciones: no hay vistas al exterior. Respecto al material de descanso, hay sombrillas y tumbonas disponibles. Pero hay que llevarse su propia toalla. El edificio más reciente, llamado «Le Patio Terrasse» (El Patio Terraza), se construyó en 2008 y agrupa un total de 20 habitaciones, una de ellas para minusválidos. Las últimas obras también han supuesto la incorporación de un centro de wellness (con tratamientos de balneoterapia) y mejoras generales en las habitaciones.
El restaurante, donde pueden comer hasta 180 personas, sirve las tres comidas en forma de bufé. La sala no cuenta con terraza, a parte de la que da a la piscina (pocas mesas). Así que hay que comer en el interior, con una decoración a base de alfarería bereber, cuadros coloridos y columnas adornadas con azulejos de mosaico. Por la mañana, la variedad de platos es escasa (huevos pasados por agua, embutido, queso, cereales y bollería), a mediodía y por la noche hay un poco más de diversidad (pescado, carne, pasta, arroz, verduras, ensaladas compuestas, frutas y repostería). Hay que destacar el horno tradicional que sirve para preparar la pizza de Tozeur (o matabga), pasta de pan rellena de tomates, cebollas y pimientos.
El Ksar Jerid significa "palacio del palmeral" ("djerid" es la hoja de la palmera en árabe). Su arquitectura se inspira en los castillos fortificados del sur de Túnez: fachadas ocres adornadas con relieves geométricos de ladrillo. También vemos elementos de decoración típicos del resto del país: fuente de azulejo blanco y azul en un patio, consola de hierro forjado y estatua de estilo antiguo en el vestíbulo.
masaje, sauna, hammam, puesta en forma, EPA, wellness
tenis, golf, fitness, deportes
El Palm Beach Tozeur, que hasta abril de 2010 pertenecía a la marca Sofitel, es muy agradable por su entorno. Se viene aquí para descansar, en un ambiente refinado, pero el hotel también es un buen punto de partida para descubrir los alrededores.
El Dar Cheraït, sacado directamente de un cuento de las Mil y una noches, se impone como el lugar con encanto de Tozeur. Los amantes del ambiente de Oriente Medio, del servicio discreto y atento y de las prestaciones de gama alta, elegirán este hotel sin dudarlo.
El Basma, sencillo y agradable, es un club para disfrutar en familia. Pequeños y mayores encontrarán actividades a su gusto, en un ambiente sin parafernalias.
El Ras El Aïn, bastante cerca del centro de Tozeur para ir a visitar la ciudad andando y en un barrio tranquilo, propone instalaciones de descanso adecuadas para poder ir allí en cualquier temporada. Una buena elección para alternar excursiones y momentos de no hacer nada.
El Tamerza Palace constituye por sí solo el objetivo de un viaje al sur de Túnez. Por su entorno, su decoración y su ambiente. Para descubrirlo en un fin de semana, en una semana o más: la región es lo suficientemente rica en parajes naturales como para no aburrirse.
El Sarra, con sus paredes naranjas, sus ladrillos color ocre y su fachada hispano-morisca, luce orgulloso su aspecto. Situado en lo alto de la zona turística, goza de una de las vistas más bonitas sobre el palmeral y el golf. Desde la entrada del parque uno no tiene claro si el hotel funciona o no y es que el jardín poco cuidado no es nada atractivo. ¡Menuda lástima! El trato distendido del director del hotel en la recepción trata de devolverle el confort a este establecimiento que antaño tuvo su prestigio. Ideal para los mochileros. Aunque se trata de un tres estrellas, para nosotros no se merece más de dos.
El hotel Hafsi ha perdido su esplendor de antaño, lo que es una verdadera lástima. Las grandes reformas y la renovación interior efectuadas en 2008 deberían de haber devuelto sus bonitos colores a este establecimiento repleto de encanto. Aunque el ambiente es acogedor en la recepción, el entorno es un poco decepcionante, con sus colores amarronados y su mobiliario pasado de moda. Al igual que los primeros hoteles construidos en Tozeur, el Hafsi podría tener mucho encanto si se sometiese a un buen lavado de cara. Posee un aspecto un tanto "mochilero" que no es del todo malo si lo sabes de antemano. Aunque en su cartel muestre las tres estrellas, hay que destacar que esa clasificación se remonta al año 1973.
Aunque en su cartel muestre las cuatro estrellas, el hotel Ramla se corresponde más bien a un tres estrellas, ya que se trata de una antigua clasificación tunecina. Pero se trata de un tres estrellas con el encanto típico de los hoteles tunecinos de gama media. Abrió sus puertas en 1994 y, sin embargo, se sigue renovando regularmente. El establecimiento ha conservado su estructura tradicional con un gusto por la decoración de los años 30, al mismo tiempo que combina los estilos con moucharabiehs en la mayoría de las habitaciones, mosaicos y motivos arábigos que le dan un toque oriental. El Ramla, anticuado y en ocasiones un poco kitsch, lo que le confiere cierto encanto, es una parada agradable para aquellos que buscan confort sin grandes lujos.
El Tamerza Palace constituye por sí solo el objetivo de un viaje al sur de Túnez. Por su entorno, su decoración y su ambiente. Para descubrirlo en un fin de semana, en una semana o más: la región es lo suficientemente rica en parajes naturales como para no aburrirse.
El Dar Cheraït, sacado directamente de un cuento de las Mil y una noches, se impone como el lugar con encanto de Tozeur. Los amantes del ambiente de Oriente Medio, del servicio discreto y atento y de las prestaciones de gama alta, elegirán este hotel sin dudarlo.
La estructura hotelera más grande de Tozeur, antiguamente conocida con el nombre de la cadena Abou Nawas, fue comprada en 2005 por la familia Mhiri, fundadora y propietaria de la marca El Mouradi que posee 15 hoteles de gama alta en Túnez. El Mouradi Tozeur volvió a abrir sus puertas en 2008 después de que se llevaran a cabo unas obras de renovación de tamaño faraónico. Este inmenso bloque blanco está situado en lo alto de la zona turística y domina la ciudad, comúnmente conocida como la Corniche (la cornisa). Aquí se concentran los hoteles pero no las principales atracciones. Al llegar al hotel te llevarás una sorpresa agradable considerando que se trata de un establecimiento de tales dimensiones: el trato de la dirección es espontáneo y amable. El Mouradi está considerado hoy en día como uno de los lugares de visita obligada de la región, tanto por los habitantes de Tozeur como por los turistas tunecinos. El hotel no tiene nada que ver con los establecimientos saharianos sino que da una imagen de estándar internacional dirigida a una clientela cosmopolita de paso.
El Ras El Aïn, bastante cerca del centro de Tozeur para ir a visitar la ciudad andando y en un barrio tranquilo, propone instalaciones de descanso adecuadas para poder ir allí en cualquier temporada. Una buena elección para alternar excursiones y momentos de no hacer nada.
El Palm Beach Tozeur, que hasta abril de 2010 pertenecía a la marca Sofitel, es muy agradable por su entorno. Se viene aquí para descansar, en un ambiente refinado, pero el hotel también es un buen punto de partida para descubrir los alrededores.
Este hotel con una decoración tradicional está perfectamente ubicado para descubrir el desierto del sur de Túnez. Es ideal para los amantes de vacaciones activas que estarán encantados de despedir la jornada en la discoteca del hotel después de una excursión durante todo el día por los alrededores.
Aunque en su cartel muestre las cuatro estrellas, el hotel Ramla se corresponde más bien a un tres estrellas, ya que se trata de una antigua clasificación tunecina. Pero se trata de un tres estrellas con el encanto típico de los hoteles tunecinos de gama media. Abrió sus puertas en 1994 y, sin embargo, se sigue renovando regularmente. El establecimiento ha conservado su estructura tradicional con un gusto por la decoración de los años 30, al mismo tiempo que combina los estilos con moucharabiehs en la mayoría de las habitaciones, mosaicos y motivos arábigos que le dan un toque oriental. El Ramla, anticuado y en ocasiones un poco kitsch, lo que le confiere cierto encanto, es una parada agradable para aquellos que buscan confort sin grandes lujos.
El Sarra, con sus paredes naranjas, sus ladrillos color ocre y su fachada hispano-morisca, luce orgulloso su aspecto. Situado en lo alto de la zona turística, goza de una de las vistas más bonitas sobre el palmeral y el golf. Desde la entrada del parque uno no tiene claro si el hotel funciona o no y es que el jardín poco cuidado no es nada atractivo. ¡Menuda lástima! El trato distendido del director del hotel en la recepción trata de devolverle el confort a este establecimiento que antaño tuvo su prestigio. Ideal para los mochileros. Aunque se trata de un tres estrellas, para nosotros no se merece más de dos.