


Treinta y cinco habitaciones, en el centro de la localidad de Isola Rossa. El Corallo (coral en italiano) no tiene nada de especial y se sitúa en un edificio sin carisma, pero aun así se trata de un hotel verdaderamente encantador situado delante del puerto. Lo lleva una pareja franco-sarda y mezcla una decoración contemporánea con una rica historia familiar. El trato es personalizado y muy amable, las habitaciones son agradables y cómodas, y la cocina es excelente. "La perfección no existe, pero la calidad sí", afirma Giovanna, la propietaria. El hotel cuenta con pocos equipamientos, lo es todo menos un club, pero se trata de un punto de partida ideal para descubrir las montañas y las playas de la región.
- Bien situado
- Descanso
- Gastronomía
- Encanto
- Corazón