Cada una de las 17 habitaciones del hotel es diferente y cuenta con una decoración propia. Lo único que comparten es su espectacular encanto. Se dividen en varias categorías: desde la habitación superior hasta la suite real. Las superficies cambian mucho de una categoría a otra. En el interior, los orificios en la roca son más o menos impresionantes en función de la configuración de la estancia. No es necesaria ninguna decoración superflua, ya que la atmósfera que reina en las habitaciones basta por sí sola. En cuanto a los equipamientos, aunque a veces los teléfonos no tienen cobertura, hay una red wifi que funciona perfectamente. Asimismo, encontrarás una televisión, un teléfono, caja fuerte, lo necesario para preparar té y café... Los cuartos de baño disponen de bañera, secador de pelo y productos de tocador.

El Fresco es un pequeño establecimiento, elegante y acogedor, que se inauguró en 2011. Dado que está excavado en la misma roca, se funde perfectamente en el decorado. Y la vista es aún más agradable al anochecer, cuando se ilumina. Su vestíbulo está formado por una pequeña recepción y un pequeño salón, situado enfrente. Al lado se encuentra el bar del hotel, que dispone de cómodos muebles. El comedor del restaurante está situado justo encima, en la primera planta. No tiene piscina, pero uno no viaja a Capadocia para bañarse. El hotel cuenta con un proyecto de ampliación, pero por ahora dispone de pequeñas terrazas exteriores, algunas de ellas amuebladas, que permiten admirar los alrededores.

El restaurante principal del Fresco, situado en un pequeño comedor delante de las habitaciones del primer piso, solo cuenta con unas pocas mesas. Están decoradas con una mantelería sencilla pero con encanto. Los grandes ventanales ofrecen una vista de lo más agradable de la ciudad así como del patio exterior. Aunque la comida y la cena se sirven a la carta, el desayuno se compone de un extenso bufé dulce y salado. ¡Te recomendamos especialmente los deliciosos panecillos turcos y la mermelada casera! El chef prepara con esmero platos tradicionales turcos que se caracterizan por su refinamiento y su eclosión de sabor.

Aunque no se trata de un lugar en el que pasaríamos una semana, la pequeña localidad de Ürgüp resulta de lo más agradable. Cuenta con un buen número de comercios de todo tipo, como restaurantes, colmados, bares... Por la noche, los visitantes disponen de una amplia selección de restaurantes, aunque nuestro preferido es el Ziggy. Se trata de un restaurante típico situado en una antigua casa particular llena de encanto. La comida es realmente rica y el personal es de lo más simpático.