Según el clima, el desayuno se sirve en la sala que hay junto al bar o en la terraza que hay en la prolongación de éste. Aunque no tenga vistas a ningún canal, comer en una terraza veneciana cuando hace buen tiempo es un lujazo: no se oyen motores, los adoquines se hacen eco de las conversaciones de los transeúntes, no hay ruidos...
El bufet incluye cereales, embutidos, quesos, bollería, panecillos, fruta fresca y zumos de frutas (envasados). El café se sirve en la mesa: podrás degustar, según tus preferencias, un café lungo, espresso o capuccino. Y, en cuanto acaba el desayuno, podrás tomar un refresco (¡pero nada más!) en el bar. Por suerte, hay buenos restaurantes en la zona.