Gonzalo González Beneytez
Jefe de sección
Si te gustan los libros, las habitaciones diferentes entre ellas, los ambientes acogedores, el parqué y las decoraciones de madera, alójate en el hotel Shakespeare. Está situado en el Casco Antiguo de Vilna, rodeado de edificios antiguos. La decoración interior a la inglesa no resulta local, pero sí típica: ¡aviso para los menos experimentados!
Shakespeare - © Carlos Rodrigues / EASYVOYAGE
Shakespeare - © Carlos Rodrigues / EASYVOYAGE
Situado en Bernardinu 8, pequeña calle típica que da a la arteria principal del Casco Antiguo de Vilna. El barrio histórico de la capital lituana se puede visitar con comodidad desde el hotel. El aeropuerto de Vilna está a 7 km. Calcula entre 15 y 20 min de trayecto.
Las 31 habitaciones y suites (pronto habrá 10 más) llevan el nombre de algún escritor o artista. La cultura y los sueños te esperan a la entrada de las habitaciones, ya sean de categoría estándar (la menos espaciosa tiene unos 16 m²), business, superior o luxury (la más espaciosa, alrededor de 25 m²). La tercera y última planta (con ascensor) es ideal para los amantes del parqué y de las habitaciones abuhardilladas. En esta planta se encuentra, entre otras, la suite Oscar Wilde. Evita, sin embargo, las habitaciones que dan al patio, no hay vistas pintorescas y entra menos luz durante el día. Sería una lástima, sabiendo que las otras habitaciones dan a un jardín o a las fachadas del Casco Antiguo. En cuanto a las instalaciones, hay lo necesario: minibar, kit de té/café (se agradece), agua mineral y fruta fresca (se agradece aún más), aire acondicionado, teléfono y televisión. Los cuartos de baño están equipados con ducha o bañera (según el espacio), albornoces (según la categoría, a partir de la habitación business), secador de pelo y productos de tocador (30 ml) con el sello Country Garden.
El hotel Shakespeare nace en una antigua editorial (en la era soviética). En 1999. Su toque típico y encantador se desprende de la arquitectura tradicional del edificio (de estilo barroco), así como del uso de la madera en el interior (parqué, paredes y mobiliario). El Shakespeare se define como un "boutique-hotel", siempre y cuando no esperes una decoración de diseño o ver en la veranda de la entrada o en el piano bar algo más que la herencia de las residencias británicas. En cualquier caso, el ambiente es acogedor, tendrás la impresión de disponer del hotel para ti, como en las casas de huéspedes. Además, el Casco Antiguo se encuentra a las puertas del edificio.
Ven a desayunar con hambre, tendrás con qué saciar tu apetito. El menú incluido, que se sirve en la mesa, es copioso: huevos (escalfados, en tortilla o a la lituana, cocinados con cebolla y champiñones), blinis, caviar rojo, fruta fresca cortada, panecillos variados, mantequilla y mermelada, bollería y, si te apetece, cereales. La sala es acogedora tanto en invierno (parqué y cuadros en las paredes) como en verano (pequeña terraza que domina la calle y sus fachadas típicas). ¿Te ha conquistado el desayuno? En ese caso podrás tomar el almuerzo o la cena en el Shakespeare. El bar goza de un ambiente a la vez rústico, tradicional y relajado (sofás, mesas bajas o mobiliario de estilo bistró británico). El restaurante dispone de manteles blancos y de sillas medallón. Dependiendo del lugar, la carta será diferente (y los precios también). En el bar hay pasta vegetariana y mejillones a la crema por unos 8 euros y en el restaurante, salmón asado con marisco y cuscús de pato por unos 15 euros.
En el pasillo hay algunos escalones, las habitaciones estándar son poco espaciosas y algunas suites son abuhardilladas. Por todo eso el Shakespeare no está recomendado para turistas con movilidad reducida.
Sin embargo, cabe hacer mención especial al ambiente distinguido, al recibimiento personalizado y a los "extras" del servicio como las frutas y el agua mineral que se ofrecen en las habitaciones.
Recomendaciones
¿Viajas en pareja? Solicita la habitación Romeo y Julieta, con vistas al jardín y una bañera de hidromasaje. ¿Eres un amante de la literatura? La habitación Trollope es ideal para ti: si no has leído nada de Trollope, encontrarás en esta habitación algunos libros del autor. Aquellos que se consideren dandis, estilo siglo XIX, pueden reservar la suite Oscar Wilde: es atípica (abuhardillada y alargada), amueblada con gusto y bien orientada (hacia el Casco Antiguo).
EPA
tenis, gimnasia, fitness
Es uno de los sitios con más encanto del centro histórico de Vilna. Pocas habitaciones, instalaciones y servicio de calidad, buen acondicionamiento (con jardín de invierno en el patio) agradable todo el año, infraestructuras para relajarse, un restaurante a la carta con platos sabrosos, etc. Recomendamos que seas el primero en descubrir el Stikliai. Te gustará y tiene un precio razonable. Pertenece a la cadena Relais et Châteaux, pero con el toque local y mucho encanto.
Muy bien ubicado, en la calle principal que atraviesa el barrio histórico de Vilna; un edificio histórico, con habitaciones que dan (en su mayoría) al casco viejo, con una suite redonda inédita; un restaurante al que es muy recomendable acudir, sobre todo en verano, cuando se instalan mesas en el exterior. El Europa Royale constituye una buena elección de alojamiento, incluso aunque la insonorización no sea la de un edificio moderno.
Situación central, emplazamiento privilegiado en el corazón del casco antiguo de Vilna, edificio antiguo... Todo eso ofrece el Radisson SAS, como varios de los demás hoteles de la capital lituana. ¿Por qué alojarse aquí y no en otro sitio? Para nadar (sí, has leído bien) en la piscina sin coste adicional (incluso en la de remolinos). Para tomar un copioso desayuno después de haber dormido, preferentemente, en una de las habitaciones superiores o en las suites; las estándar no son espaciosas, al igual que sus cuartos de baño.
Un hermoso hotel, a recordar por sus habitaciones y su ubicación en pleno corazón del casco histórico de Vilna (Vilnius, en lituano). Se puede llegar a pie al casco antiguo desde el hotel. Comodidad mullida, decoración típica, especialmente a nivel de la calle y en las salas del sótano, pero recuerda elegir una habitación adecuada a tus gustos. Debes saber que el gimnasio es de pago: puedes tomarlo o dejarlo, según tu presupuesto y tus costumbres de viaje.
He aquí un establecimiento indicado para los "presupuestos medianos" (ya que no se trata de un albergue juvenil) muy bien situado para descubrir a pie el centro histórico de Vilna, adaptado a las familias o a los grupos de amigos, bien cuidado aunque con un confort sencillo, con unos pasillos históricos que resuenan al más mínimo ruido. Aconsejable para pasar una o dos noches y para aquellos que no tengan nada en contra de los antiguos conventos.
Este hotel goza de una ubicación céntrica, una decoración al estilo de los "hoteles boutique" (pero no contemporáneos), un espacio de fitness de entrada libre por la mañana temprano y varias categorías de habitaciones, de las cuales las más espaciosas pueden albergar a las familias. El Ramada es una buena opción para gozar al mismo tiempo de la calidad del servicio de una cadena y de un marco atípico.
Es uno de los sitios con más encanto del centro histórico de Vilna. Pocas habitaciones, instalaciones y servicio de calidad, buen acondicionamiento (con jardín de invierno en el patio) agradable todo el año, infraestructuras para relajarse, un restaurante a la carta con platos sabrosos, etc. Recomendamos que seas el primero en descubrir el Stikliai. Te gustará y tiene un precio razonable. Pertenece a la cadena Relais et Châteaux, pero con el toque local y mucho encanto.
Un hermoso hotel, a recordar por sus habitaciones y su ubicación en pleno corazón del casco histórico de Vilna (Vilnius, en lituano). Se puede llegar a pie al casco antiguo desde el hotel. Comodidad mullida, decoración típica, especialmente a nivel de la calle y en las salas del sótano, pero recuerda elegir una habitación adecuada a tus gustos. Debes saber que el gimnasio es de pago: puedes tomarlo o dejarlo, según tu presupuesto y tus costumbres de viaje.
Este hotel goza de una ubicación céntrica, una decoración al estilo de los "hoteles boutique" (pero no contemporáneos), un espacio de fitness de entrada libre por la mañana temprano y varias categorías de habitaciones, de las cuales las más espaciosas pueden albergar a las familias. El Ramada es una buena opción para gozar al mismo tiempo de la calidad del servicio de una cadena y de un marco atípico.
Situación central, emplazamiento privilegiado en el corazón del casco antiguo de Vilna, edificio antiguo... Todo eso ofrece el Radisson SAS, como varios de los demás hoteles de la capital lituana. ¿Por qué alojarse aquí y no en otro sitio? Para nadar (sí, has leído bien) en la piscina sin coste adicional (incluso en la de remolinos). Para tomar un copioso desayuno después de haber dormido, preferentemente, en una de las habitaciones superiores o en las suites; las estándar no son espaciosas, al igual que sus cuartos de baño.
Muy bien ubicado, en la calle principal que atraviesa el barrio histórico de Vilna; un edificio histórico, con habitaciones que dan (en su mayoría) al casco viejo, con una suite redonda inédita; un restaurante al que es muy recomendable acudir, sobre todo en verano, cuando se instalan mesas en el exterior. El Europa Royale constituye una buena elección de alojamiento, incluso aunque la insonorización no sea la de un edificio moderno.
He aquí un establecimiento indicado para los "presupuestos medianos" (ya que no se trata de un albergue juvenil) muy bien situado para descubrir a pie el centro histórico de Vilna, adaptado a las familias o a los grupos de amigos, bien cuidado aunque con un confort sencillo, con unos pasillos históricos que resuenan al más mínimo ruido. Aconsejable para pasar una o dos noches y para aquellos que no tengan nada en contra de los antiguos conventos.