Varias salas con distintos ambientes y comidas variadas. Las mesas están dispuestas en una sala con techo abovedado y decoración clásica (mobiliario) y veneciana (cortinas de tela fruncida). Es un sitio muy agradable para cenar en un ambiente de luces tenues, ideal para ese momento del día. Mucha iluminación, vegetación, igual que un proyector (aunque esté nublado o en pleno invierno): ese es el ambiente que hay bajo la cristalera, con vistas laterales al patio y al jardín de invierno. Tanto para la comida como para el desayuno. Por último hay una sala de aspecto más rústico (mosaicos en las paredes, mesas con azulejos del mismo material) para completar el servicio del desayuno. En este caso, se sirve un bufé don comida fría y caliente, variada y de calidad. A partir de las 12:00 es el momento de los platos gastronómicos. Se presentan en pequeñas raciones, mezclando sabores distintos de forma creativa, como las setas salteadas con mantequilla de cacahuete, o los clásicos que se han hecho internacionales (como el filete de cierva Rossini, el foie gras de pato), o los platos lituanos con sabores rústicos, aunque bien cocinados (como la sopa de champiñones, la tarta de patatas al salmón ahumado). Es un auténtico deleite, aunque el plato principal cuesta una media de 40 euros.