Situada Centro Europa, Hungría fronteriza con Austria, Croacia, Rumania, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia y Ucrania. Sus territorios han sido históricamente dominados por Celtas, Romanos y Eslavos, siendo declarado como país tras la conquista del Príncipe Árpád. Sus fronteras sufrieron numerosas modificaciones durante la guerra con el Imperio Otomano, fijando en el año 1920 sus fronteras definitivas tras el acuerdo de Trianon.
El país carece de salida al mar, pero esto no impide que no puedas bañarte o fotografiar sus aguas. El segundo río más grande de Europa, el Danubio atraviesa todo el país y dividiendo la capital en dos territorios diferentes, confiriéndola un paisaje espectacular. El nombre de su capital, Budapest, proviene del nombre de tres antiguas ciudades: Buda, Pest y Obuda. Los edificios de la ciudad ofrecen una armónica combinación de diferentes estilos arquitectónicos combinados en perfecta armonía. Sus prestigiosos museos y sus dos grandes palacios de la ópera copan la oferta cultural de la ciudad.
Disfrutar de la arquitectura neogótica, barroca y Art Nouveau de las grandes construcciones de la capital sin desgastar demasiado las suelas de los zapatos, es fácil y sumamente económico. Bastará con tomar el tranvía para poder contemplar los lugares más emblemáticos de Budapest, siendo mucho más barato que los clásicos autocares para turístas. Durante el recorrido podrás ver la avenida Andrassy, la plaza de los héroes, el castillo de Vajdahunyad y numerosas comercios en los encontrarás interesantes suvenires.
Construido en 1848, el emblemático puente de las Cadenas fue el primero en atravesar el Danubio. Los barrios de buda otorgan un aire burgués a la capital, concentrando la esencia más tradicionl de la cultura budista (no confundir con el budismo). A pesar de esto, la civilización que mayor huella ha dejado en Budapest ha sido la Romana. La plaza de Clark Adam marca el kilómetro cero de la ciudad. Los visitantes pueden acceder a este lugar tomando el funicular. En el apartado cultural, el museo de Historia Contemporánea, la Galería Nacional Húngara, la Biblioteca Nacional y el museo de Historia, son algunos de los lugares más destacados en los que podremos saciar nuestro apetito intelectual durante nuestra visita.
Hungría es mundialmente conocida por sus baños termales, siendo estos uno de sus principales centros de interés turístico. En la capital, es famosa la piscina del hotel Gellért, uno de los alojamientos más suntuosos de Budapest, en el que se cuida hasta el más mínimo detalle para favorecer la experiencia de los exclusivos usuarios que allí pernoctan.
La población tiene un carácter un poco fuerte y en general es bastante tolerante. Amigable y permisiva, te brindarán su ayuda si en algún momento de tu viaje requieres de ella. A pesar de la "inestable" situación del país, que siempre alterna periodos de bonanza económica con otros de decadencia, sus habitantes pasan la mayor parte del día con una gran sonrisa en los labios.
Gastronomía u objeto de arte folclórico, la oferta es amplia en Hungría a la hora de encontrar souvenirs. Los bordados de Kalocsa o de la región de Matyo, la cerámica negra de Nadudvar, esculturas de madera, alfarería, cántaros "Michka", tejidos de Sarköz, porcelanas de Zsolnay, de Hollohaza y de Herend son buenos regalos. En lo que se refiere a gastronomía, podemos citar los salamis Pick y Hertz, el foie gras, la guindilla, las guindas al coñac, los vinos, el aguardiente de cereza y de albaricoque. Las tiendas, por lo general, están abiertas de lunes a viernes de 10:00 a 18:00 y los sábados de 09:00 a 13:00.
La gastronomía de Hungría es variada y especial. En la mesa podrás encontrar sabores asiáticos, turcos y austriacos, que te harán disfrutar de la variedad y fusión de estas tres cocinas. Entre los platos más importantes se encuentra el gulyas, sopa a base de ternera y verduras, preparada en sus orígenes por los pastores de la Gran Llanura; el pörkölt, carne a la brasa de cerdo, buey, ternera o pollo, aromatizado con páprika y nata fresca; el csirkepaprikas, pollo a la páprika; el vad, carne de caza asada; la halaszlé, sopa de pescado; y el libamaj, una especie de foie gras. Hungría es el segundo productor de foie gras después de Francia. Por lo general, el foie gras húngaro se sirve asado, con cebollas fritas. En lo que respecta a los postres, los pasteles de queso blanco, las tartas de manzanas de Taban, los buñuelos de melocotón de Barbacs, los rétes (hojaldres), los milhojas y los pasteles de adormidera, de manzanas o nueces, harán las delicias de los paladares más golosos.
Las tradiciones están fuertemente arraigadas en las regiones húngaras. Basadas en la cultura, a pesar de que Hungría ha sufrido numerosas invasiones a lo largo de su historia, han sido capaces de proteger y dar a conocer al mundo las corrientes intelectuales y las obras de los artistas y los músicos que ha dado este país desde hace siglos. Los ciudadanos centran sus esfuerzos en mejorar el arte popular, realizando una gran variedad de talleres y campañas para enseñar a quienes deseen aprender.
Una de las tradiciones heredada de Austria que más llaman la atención, es que nunca se brinda con una copa de cerveza en la mano.
Budapest no te resultará nunca tan bonita como descubriéndola por las aguas del Danubio, procedente de Viena.
Para evitar las malas sorpresas al coger un taxi para ir al aeropuerto de Ferihegy en Budapest, pregunta al conductor la tarifa que hay que pagar y escoge las grandes compañías como City Taxi (211 1111), Fotaxi (222 2222) o Tele 5 (155 5555).
En la medida de lo posible conviene dejar el coche en lugares vigilados debido a los robos. Tampoco deben dejarse sin vigilancia en las estaciones de servicio.
Es preferible utilizar la fotocopia de tus documentos de identidad y dejar los originales en la caja fuerte del hotel.
Si conduces, que sepas que no hay ninguna tolerancia en materia de alcohol: 0 g/litro.
Gracias a la Budapest Card es fácil visitar Budapest por poco dinero, ya que esta tarjeta de descuento permite un acceso gratis a los transportes públicos y a gran cantidad de museos de la ciudad. Por un importe de 2.450 florines por 2 días o de 2.950 florines por 3 días, podrás comprarla fácilmente en las oficinas de información turística, las agencias de viajes, los hoteles y los museos.