En el país de los marajás, el turista se sumerge en un universo digno de los cuentos de Las mil y una noches. Los palacios rivalizan en belleza. Las ciudades históricas, las ciudadelas legendarias que surgen del desierto de Thar, los lugares santos hindúes y musulmanes y la Feria de Camellos de Pushkar hacen que Rajastán sea uno de los destinos más solicitados de la India. En Rajastán hay una gran variedad de paisajes y diversos Parques Nacionales en donde se hallan los tigres del Libro de la Selva de Kipling.
La artesanía de la India es muy laboriosa. En Rajastán hay sedas y telas de algodón, especialidades de la región de Jaipur. Los bordados de Barmer, cerca de Jaisalmer, son famosos. Para las mujeres hay los muy elegantes saris de seda que se venden al peso y por metros. Las piedras preciosas, principalmente de Jaipur, las joyas macizas y pesadas de plata y los objetos de bronce con finos motivos incrustados en esmalte rojo, verde y azul son un bonito regalo para ti o para ofrecer. Tráete miniaturas de Udaipur, instrumentos de música, marionetas, colgaduras, alfombras y perfumes, inciensos y un gran puñado de especias. Visita los State emporium, almacenes estatales de los diversos estados de la India en donde los precios son fijos. En cualquier otra parte se puede regatear. En las grandes ciudades las tiendas abren de lunes a sábado entre 10:00 y 19:00 ó 20:00. Cierran el domingo y los días festivos.
Está prohibido exportar abrigos de piel, pieles de serpiente, antigüedades e importar en Europa objetos de márfil.
Hay una gran variedad de platos dependiendo de cada Estado, del origen de las poblaciones y de sus castas respectivas. Lo único que tienen en común es el arroz y el té. El plato más corriente es el dhal, un tipo de sopa de lentejas. El curry es la base de muchos platos. En Rajastán el mijo es el alimento principal, se mezcla con judías o alcaparras. El plato rajput más común se llama sula, una brocheta de carne de pollo o de cabra escabechada en salsa picante y cocida en el horno tandoori. En el norte tienes que probar: el pollo tandoori, macerado en yogur picante y cocido en horno de barro, los biryanis, una mezcla de carne y de arroz aderezado a veces con almendras y frutos secos, y las samosas, buñuelos de carne o de verduras picantes. Y en toda la India, los chutneys, verduras o frutas maceradas; los chapatis, tortas de harina que sirven de pan y los thalis, un conjunto de platos vegetarianos. De postre puedes degustar el kheer, arroz con leche y el kulfi, una especie de helado cremoso de pistacho. Y no te olvides de probar la gran variedad de platos baratos de la calle que te ofrecen los vendedores ambulantes. Se aconseja no comer en los puestos y en los restaurantes en donde no hay gente.
La India hinduista supone un fuerte contraste cultural. La mayoría de las relaciones humanas se rigen según un sistema jerarquizado de castas en donde cada individuo tiene una función definida. La vaca es un animal sagrado.
En los templos hindúes, jainistas y en las mezquitas debes quitarte los zapatos antes de entrar. Lo mismo sucede para entrar en los templos sikhs en donde también hay que cubrirse la cabeza. No olvides quitarte todos los artículos de cuero que lleves antes de entrar en los templos jainistas. En cuanto a las mezquitas, asegúrate de que se admite la entrada a los turistas durante la oración y de que está permitida la entrada a las mujeres. Cúbrete los brazos y las piernas y no lleves un aspecto desaliñado. En cualquier caso, no toques ninguna escultura ni la estatua de una divinidad.
En la vida cotidiana no toques con tus pies a una persona. Si vas a regalar flores, infórmate sobre su simbología para no meter la pata. Cuando alguien recibe un regalo lo guarda aparte para abrirlo más tarde. Quítate los zapatos antes de comer si tus anfitriones no llevan los suyos. Cuando comas con los dedos utiliza la mano derecha porque la izquierda está reservada para cuando se va al servicio. El matrimonio concertado entre dos familias es todavía un tema actual.
No dudes en regalarte al menos una noche en la suite del palacio real de un marajá transformado en hotel de lujo.
Alquila un coche con conductor para descubrir Rajastán. Un medio de transporte muy práctico y sin duda el mejor adaptado para explorar los cuatro rincones del Estado.
No te pierdas en noviembre la famosa Feria de Camellos de Pushkar. Se trata de una inmensa reunión de camellos, de ganado y de comerciantes de todo tipo.