Calma, lujo y exuberancia. En todo esto se inspiran las soberbias playas del litoral de Bali, así como también su oferta hotelera de lujo.
Exuberante! Éste es sin duda el calificativo que más se ajusta a este extraordinario jardín llamado Bali.
La sociedad balinesa tiene una fuerte identidad cultural, cuya expresión artística y extremadamente variada constituye uno de los grandes triunfos de la isla. Pinturas y esculturas, tradicionales o contemporáneas, son muy comunes y son objeto de un comercio activo. La arquitectura balinesa, delicada y creativa, posee cierta originalidad. Varios museos locales merecen una visita apacible, como el de Denpasar (pintura, escultura, artesanía), y el museo Neka (pintura), en Ubud.
Conocidos como pura, término que en sánscrito significa espacio cubierto por un muro los templos juegan un papel esencial en la vida cotidiana de los balineses.
Los paisajes tropicales de Bali son impresionantes e inolvidables. El relieve balinés está modelado por las torrenteras que descienden de los volcanes, y podemos pasearnos por el corazón de los arrozales acondicionados en terraza que a veces se encuentran al fondo de estas torrenteras, entre los pueblos asentados en la cima. Si fijas tu mirada hacia el horizonte, observarás numerosos volcanes. La isla tiene varios, extinguidos o dormidos. El Nonte Batur es un volcán activo, pero se puede hacer la ascensión en 2 horas de ruta. En Monte Agung es el volcán más grande que domina la isla desde sus 3142 metros de alto. También se puede escalar, pero es necesario estar en buena forma física debido a su altitud. Los restos de los ríos de lava de la potente erupción de los años 60 todavía están visibles. A los pies del Monte Batur se encuentra el lago más grande de Bali que mide 7,5 km de ancho. Otros lagos embellecen el paisaje de Bali, como el lago Bratan, por ejemplo, que es muy agradable visitar, con sus 700 metros de altitud. Su agua, santa según los balineses, está dedicada a la diosa Dewi Danu.
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