En la zona más al norte de la isla, Lovina es una pequeña estación balnearia que constituye una buena etapa con motivo de una visita a la isla. No obstante, una hostelería de "categoría media" y playas estrechas recubiertas de arena negra no hacen de éste un lugar atractivo para una estancia prolongada.
Los pequeños cruceros en barco durante la puesta de sol permiten vivir un momento mágico rodeado por los delfines. Esta atracción es muy conocida en Lovina y te la recomendamos encarecidamente. Los delfines suelen estar allí el 80% de las veces... pero aunque no estén, ya sólo la puesta de sol en el agua merece la pena. Por otra parte, en Lovina también hay numerosos lugares para la práctica del submarinismo. Aprovéchate, los fondos marinos son espectaculares.
Hay pocas excursiones interesantes en la región, pero la carretera que va de Candidasa a Lovina Beach ofrece algunas bonitas panorámicas, en particular al Monte Agung. Tampoco hay que olvidar visitar el templo de Budugul, en la carretera de baja a Kuta.
¡Alquila una bicicleta! Los alrededores valen la pena. La carretera entre Kalibukbuk y Singaraja es muy agradable para hacerla en bicicleta.
Hay numerosas posibilidades de alquiler. Ya sea una bicicleta, moto o coche, podrás elegir en todas partes. Los alquileres en los hoteles cuestan bastante más caros, no dudes en acudir a las pequeñas agencias locales.
Se pueden encontrar numerosos restaurantes para degustar la cocina indonesia. Aquí tampoco hay especialidades locales, pero la comida del país satisfará a sus papilas gustativas. Para los restaurantes, le recomendamos el Café Lumbung, situado en la carretera que va a Puri Bagus. A destacar la existencia de la happy hour para tomar una copa.
En las calles principales se pueden comprar pequeños regalos de recuerdo. Nada excepcional, los souvenirs que se encuentran un poco por todas partes en la isla.