Verde, así es el color de los paisajes irlandeses. Denominada «La Verde Erin», la República de Irlanda ofrece una vegetación densa y salvaje. Las praderas cubren el 68% del territorio durante todo el año. Al verde de los prados se suman el negro y el rojo de las turberas.
Acantilados, costas rocosas o playas de arena: el litoral irlandés permite variar los diferentes placeres de la experiencia. Pero el agua, la misma en verano que en invierno, permanece siempre un poco fría para bañarse.
Donde se puede disfrutar y observar mejor la fauna y la flora salvajes es en los parques nacionales. Concretamente, no se puede dejar pasar una visita a Killarney, en el suroeste de la isla.
La cultura irlandesa es esencialmente de origen celta, a pesar de que ya existían pueblos anteriores a la llegada a la isla de este grupo procedente de Europa Central. Esta cultura tiene su lengua específica, el gaélico, así como variadas tradiciones que se han perpetuado en el folclore local arraigado.
La isla rebosa de monumentos, algunos de ellos antiguos y otros más recientes, que se asocian a misterios y leyendas que muestran las, todavía vivas, tradiciones de Irlanda.