©Antoine Lorgnier
El litoral oeste es el más salvaje. Los acantilados, abruptos y muy recortados, caen al océano Atlántico que se impone ante la isla y penetra en el interior de la tierra. Los fiordos profundos son numerosos en esta parte de la costa, así como en las bahías. La bahía de Dingle que entra en el Kerry, moldeado por la erosión glaciar, es impresionante. Estos puertos naturales son especialmente profundos, como la bahía de Bantry. Se trata del fondeadero más profundo de la Europa occidental.
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Acantilados de Moher, Irlanda Los acantilados de Moher, situados en la costa occidental del condado de Clare, son uno de los destinos turísticos más visitados del país. Tienen una altura de más de 200 m en algunos puntos.
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Los fiordos irlandeses En la costa occidental hay muchos fiordos. El más profundo es el puerto de Killary, que en algunas zonas se adentra más de 16 km hacia el interior.
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Puerto de Killary, Irlanda Los fiordos contribuyen al encanto de la costa irlandesa.
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Las bahías, Irlanda En la costa occidental hay grandes bahías de arena. En esta imagen se ilustra el gran contraste que hay entre el mar y la campiña cuidadosamente cultivada.
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Acantilados sobre el Atlántico, Irlanda Los acantilados que dan al Atlántico constituyen uno de los paisajes más característicos de la isla. Las paredes están formadas de pizarra y arenisca.
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Acantilados de Moher, Irlanda En esta foto se observa que la vegetación incluso crece en un entorno con unas condiciones de vida tan difíciles.
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Gonzalo González Beneytez
Experto destino Irlanda
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