Catalogado en el patrimonio mundial de la Unesco desde 2006, este lugar se utilizó entre el siglo XIX y el XX para acoger a los trabajadores indígenas que habían emigrado. Cerca de medio millón de personas estuvieron en este lugar para después ser enviados a las plantaciones de azúcar de caña mauricianas, así como a Reunión, Australia o mucho más lejos, al Caribe. Situado en el distrito de Port Louis, ocupa una superficie de 1640 m². En cambio, todas las instalaciones de la época no han resistido al paso de los años. Hoy día solo subsisten algunos vestigios. Una vez pasada la puerta de entrada, también puedes descubrir el hospital, las cocinas o las salas comunes.