Cuna del judaísmo, el cristianismo y el islam, cada año decenas de miles de turistas de todas las nacionalidades y confesiones religiosas acuden hasta este histórico territorio para de explorar sus encantadores rincones y visitar las Ciudades Sagradas de Jerusalén (el Muro de las Lamentaciones, el Monte de los Olivos, sus reconocidos museos...), Belén o Nazaret. No obstante, Israel se revela como un país a medida para todo cualquier tipo de viajero. Los amantes de los spas y los tratamientos de belleza encontrarán en los balnearios del Mar Muerto un lugar de ensueño en el que podrán disfrutar de las excelentes propiedades curativas de sus aguas ricas en sales minerales sin necesidad de saber nadar, ya que la alta concentración de estas sustancias hacen que sea prácticamente imposible sumergirse en ellas. En este sentido, la ciudad de Eilat es una de las más destacadas. Por otro lado, los fanáticos del submarinismo no podrán dejar pasar la ocasión de explorar los fondos marinos del Mar Rojo, mientras que los más aventureros podrán realizar una pequeña expedición por el desierto del Néguev.
Desde hace algunos años, la ciudad de Tel Aviv goza de una excelente reputación entre los turistas que se engatusan en sus modernas terrazas, cafés y restaurantes que practican la fusión de diferentes estilos culinarios, sin olvidarnos de sus cada vez más célebres e internacionales clubes nocturnos. Esta ciudad también ofrece kilómetros y kilómetros de playas y arenales de primer nivel bañadas por las cálidas aguas del Mediterráneo, así como un espectacular y variado patrimonio cultural de múltiples estilos, épocas y pueblos, fruto del enorme mestizaje de cultural que siempre a caracterizado este pequeño pero hermoso país.