En el lugar de la crucifixión, el emperador Constantino el Grande levantó un amplio santuario para albergar la tumba de Cristo. El califa fatimí Hakim lo destruyó en 1009 y el emperador bizantino Constantino Monómaco lo reconstruyó en 1042, conservando únicamente la rotonda que protegía la tumba. Los cruzados añadieron más adelante una basílica y numerosas capillas. Hoy en día, el santuario se divide en seis iglesias cristianas. Podemos ver el Golgotha ("lugar del cráneo", entendiáse el cráneo de Adán, aquí sepultado supuestamente), donde se desarrolló el suplicio de Cristo, el agujero del peñasco donde se insertó la Cruz, la Piedra de la Unción, lugar de depósito del cuerpo, la tumba de Cristo y, por último, la cripta de Santa Elena donde ésta, según se dice, había vuelto a encontrar la Verdadera Cruz.