La costa meridional de Sicilia no ha experimentado el mismo desarrollo turístico que la costa septentrional. Todavía no ha sido invadida por hoteles ni inmensos complejos hoteleros que estropeen la belleza del litoral. Algunas partes de la costa están protegidas, y la destrucción de la flora y la fauna está prohibida. De hecho, las playas suelen estar sometidas a numerosas restricciones, lo que les permite conservar un aspecto auténtico y salvaje. Este pequeño trozo de tierra de la Italia meridional ha sufrido las conquistas de griegos, romanos, bizantinos y españoles. El lugar vale la pena, aunque solo sea por visitar el Valle de los Templos, un paraje increíblemente bello, con un gran interés histórico y arqueológico, que muestra todo su encanto con la luz de la puesta de sol.
La mejor actividad sigue siendo relajarse en la playa, especialmente en los veranos tan calurosos que padece Sicilia. La costa ofrece unas extensiones hermosas de arena, ideales para tomar el sol durante todo el año. Los visitantes con más voluntad podrán disfrutar de un agradable paseo entre las calles y callejuelas estrechas de Agrigento.
Sobre todo no te puedes perder el Valle de los Templos, ligeramente alejado del centro de Agrigento. Desde la carretera de acceso, a los pies de la colina que domina el inmenso campo circundante, ya se pueden ver algunos de los templos, magníficos, especialmente cuando están bañados por la luz de la puesta de sol. En el centro de la ciudad, si paseas por las calles estrechas que suben por la ladera de la montaña, haz una parada en la iglesia de Santa Maria dei Greci y en el monasterio Santo Spirito. En Licata, desde lo alto del castillo Sant'Angelo ?un antiguo fuerte español?, disfrutarás de unas vistas que dominan el mar.
Tanto si tienes claro que vas a estar tomando el sol en la playa o si optas por una excursión, no te olvides de ponerte crema.
No hagas caso a las indicaciones de las carreteras ya que frecuentemente son erróneas, sobre todo en las carreteras nacionales y secundarias. Mejor que preguntes a la gente de allí. Suelen ser muy amables y muy solícitos: si pides información a alguien, en un bar por ejemplo, no te sorprendas si toda la gente participa en la conversación.
La cocina siciliana, de los entrantes a los postres, es excelente en todas las ciudades de la región. No te puedes ir sin probar los bocadillos de «panelle», los «arancini» y los granizados. En Agrigento y los alrededores, tienes que probar las recetas de pescado y de carne, así como la «caponata» de verduras.
En cuanto a Agrigento (al igual que en la región de Caltagirone), los objetos de cerámica pintados a mano podrían ser un buen recuerdo para llevarse.