El Museo Arqueológico, construido en parte en un antiguo anfiteatro, atestigua la importancia que tuvo Arezzo durante la época etrusca y romana, también gracias a su situación privilegiada. Pero a partir de la primera mitad del siglo XIV fue cuando la ciudad se convirtió en un dinámico centro cultural. Una visita a Arezzo podría iniciarse siguiendo la guía del estilo gótico, empezando por la Pieve di Santa Maria y continuando con la Catedral. En la iglesia de San Domenico encontraréis la Crucifixión, obra juvenil de Cimabue, mientras que en la iglesia de San Francesco se oculta una de las obras maestras del Renacimiento. Se trata del ciclo de frescos que ilustran ?La leyenda de la Vera Cruz? de Piero della Francesca.