Castiglione della Pescaia es una pequeña localidad tranquilamente ubicada entre el campo de la Maremma interior y el mar Tirreno, que en la actualidad se conoce básicamente por ser un destino turístico.
Sin embargo, la pequeña aldea medieval característica que domina la parte «nueva» de la ciudad formaba parte antaño de la República de Pisa. Tras un preciado momento de respiro como municipio libre a finales del siglo XIV, pasó a estar bajo el dominio de diversos nobles de la región. Finalmente, en los siglos XVIII y XIX, la región experimentó un nuevo impulso gracias a la apertura del puerto y, después, del ferrocarril de la Maremma.
Con más clase que algunas localidades costeras situadas más arriba, pero menos exclusiva que otras de más al sur, Castiglione destaca sobre todo por su pequeño puerto y las barcas amarradas en él. Representa una excelente puerta de entrada a la Maremma «auténtico».
Una vez hayas visitado el centro de Castiglione, encontrarás numerosos pueblos en los alrededores que valen la pena: Scarlino, Massa Marittima, Gavorrano. Al adentrarse más en Maremma, hay muchos pueblos o ciudades que tienen este aspecto medieval que hace que la región tenga tanto encanto. Sin contar con que la carretera está llena de restaurantes y establecimientos de agroturismo, perfectos para un alto en el camino improvisado, y, por qué no, para descubrir la gastronomía local.
En dirección al norte: al bordear el mar, en cambio nos encontramos con el promontorio de Punta Ala. Situado justo enfrente del islote «dello Sparviero», deshabitado, el promontorio se termina en el pequeño puerto del mismo nombre. Se trata de un destino costero bastante elegante, que choca sobre todo por sus paisajes circundantes. La región, pese a no estar todavía protegida, ha sido declarada «de interés regional», un estatus oficial que la protege del abandono.
En dirección al sur: si continúas bordeando el mar, llegarás al Monte Argentario y Porto Ercole. Esta zona de protección natural presenta unos paisajes particularmente auténticos. A modo anecdótico, decir que Porto Ercole es la ciudad en la que murió Caravaggio en 1610, aunque en la actualidad esta pequeña ciudad se conoce sobre todo por ser un destino turístico lujoso y elegante.
Fiestas tradicionales: el Balestro del Girifalco, un torneo medieval que se celebra en Massa Marittima dos veces al año, el cuarto domingo de mayo y el segundo domingo de agosto.
El centro histórico de Castiglione que, desde la ciudadela, domina la ciudad nueva y el pequeño puerto.
En Castiglione: la iglesia de San Juan Bautista, del siglo XVI.
En Massa Marittima: alrededor de la Piazza Garibaldi, el corazón del municipio, se encuentran los principales monumentos, como la Catedral San Cerbone (una cúpula de estilo románico), el Palazzo dei Priori y el Palazzo del Podestà.
En Scarlino: la Rocca aldobrandesca o Castillo de Scarlino, una fortaleza que data del siglo X.
Los establecimientos de agroturismo suelen estar en carreteras secundarias y mal señalizadas. A veces incluso es complicado encontrarlos con un GPS. Lo que hay que hacer es (1) mantener la calma, (2) conseguir un mapa de carreteras específico de la región para tener todas las indicaciones y (3) no dudar a la hora de preguntar a los transeúntes.
Desafortunadamente, para visitar Castiglione y los alrededores necesitarás un coche. El coche es indispensable, sobre todo para los circuitos.
Castiglione della Pescaia es una pequeña localidad a orillas del mar, lo que se traduce en platos de pescado, generalmente con tomate. Sin embargo, también es la puerta de entrada a Maremma, y por eso hay especialidades de caza, como el jabalí o la liebre.
Quien dice Maremma, dice Toscana, y por analogía, también dice «enogastronomía riquísima». De modo que no hay ninguna duda de que tendrás la oportunidad de comprar aceite, que podrás adquirir a un gran productor de renombre, a un artesano pequeño o en una empresa biológica. Además de los diferentes perfumes que encontrarás. En cuanto al vino, las opciones también son muy numerosas.