La ciudad de Génova gira desde hace siglos en torno al mar. Ciudad de mercantes y armadores, ha desarrollo su centro histórico en torno al Puerto Antiguo. La Bolla y el Bigo de Renzo Piano, junto al famoso Acuario, son el símbolo de esta área urbana, cuyo aspecto tan moderno es el fruto de una obra de restauración llevada a cabo a principios de los '90. Desde Piazza Caricamento se extienden las callejuelas y estrechos callejones con un encanto decadente, que constituyen el centro histórico genovés, uno de los más grandes de Europa. Aquí la actividad de los comerciantes, artesanos y fruteros, en sus pequeños negocios, transcurre animada como en pocas otras ciudades de Italia. Perdiéndose en el laberinto de calles, entre barrios multiétnicos y edificios históricos, se llega a San Lorenzo, la plaza en la que domina la catedral homónima, con su característica fachada de bandas blancas y negras. Desde aquí, si se sigue subiendo, se llega a la Piazza De Ferrari, que se abre, con la monumental fuente, más allá de la atmósfera angosta de las callejuelas. Cerca de aquí, siguiendo Via Garibaldi y continuando el recorrido, a través de la Piazza della Nunziata, hasta la Via Balbi, no te sorprenderá que esta zona de la ciudad haya sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.