Al norte de Cerdeña, el Capo Testa destaca por sus impresionantes bloques graníticos esculpidos por la acción combinada del mar y el viento. Una pequeña península para descubrir al anochecer, para dar un paseo antes de instalarse y admirar magníficas puestas de sol. La situación del Capo Testa al oeste de Santa Teresa es perfecta para dar un paseo. Los caminos señalizados permiten recorrerlo más cómodamente, pero han despojado de misterio a este sitio salvaje. Porque el Capo Testa fue durante mucho tiempo un punto de reencuentro para los hippis, el valle della luna particularmente. El valle más escondido que se dibuja entre los bloques de peñascos sigue estando frecuentado por los jóvenes y los neohippis, sobre todo por la noche.

La ruta sin salida lleva hasta el faro del siglo XIX que marca la entrada oeste de las bocas de Bonifacio. Desde aquí se ven perfectamente los acantilados de Córcega, situada a solo 12 km. Un aparcamiento permite dejar el coche para salir a pasear tranquilamente en busca de estos impresionantes acantilados y estos magníficos paisajes.