Este centro artístico y cultural, tanto en el pasado como en la actualidad, conserva un patrimonio muy rico dentro de sus museos.
La ausencia de costas en Lombardía se compensa con la tranquilidad mediterránea que se vive en las orillas del lago de Garda o en los vestigios culturales del lago de Como.
Desde las cumbres más elevadas hasta las suaves colinas de Franciacorta, donde podrás practicar todo tipo de deportes o hacer senderismo en plena naturaleza, Lombardía es un abanico de paisajes cambiantes que se deben degustar con una buena copa de vino.
En Milán, la primera cosa imprescindible es la magnífica catedral gótica, la tercera iglesia más grande del mundo después de San Pedro de Roma y la catedral de Sevilla. Su arquitectura es realmente impresionante y te dejará sin palabras. Un ascensor situado en la parte trasera de la catedral permite acceder al tejado de esta magnífica obra maestra desde donde podrás observar de cerca los detalles de las infinitas estatuas esculpidas en el caballete de cada aguja de mármol que se eleva hacia el cielo milanés. Cerca de este maravilloso Duomo se encuentra la Galleria Vittorio Emmanuele II, una de las más hermosas de Europa. Está sostenida por unas magníficas arcadas y, en el centro, tiene una increíble cúpula de hierro y de vidrio. En el interior encontrarás las tiendas y los restaurantes más prestigiosos y más caros del mundo. Atraviesa esta galería y saldrás delante de la Scala, la famosa ópera de Milán. Otro monumento imprescindible es el Castello Sforzesco al final de la Via Dante.