Viajes a Nápoles: La histórica ciudad italiana

Dispuesta en torno al golfo que lleva su nombre, la fresca vivacidad de Nápoles y de sus habitantes se articula a través de barrios que, elegantes o populares, céntricos o periféricos, mantienen esa afable genuinidad tan famosa del mundo. Desde tiempos inmemoriales, poblaciones de orígenes diversos se han sucedido en la dominación de este territorio, atraídas por el clima suave y el panorama emocionante del mar que baña la costa en un magnífico encuentro de colores. Desde arriba, el Vesubio parece dominar toda la ciudad, desde las casuchas construidas en sus pendientes hasta los campos Flegrei. Desde Castel dell'Ovo, la fortaleza más antigua de la ciudad, se disfruta del mejor panorama de la bahía, del Vesubio a las islas. Una vez dentro del edificio, originariamente una morada, luego transformada en convento y por último fortificada por obra de los Normandos, sube a la Terrazza dei Cannoni. Desde aquí las vistas son magníficas. Si quieres continuar el itinerario de los castillos, haz un alto en Maschio Angioino. Construido en el siglo XIII, durante mucho tiempo fue sede real. A pocos pasos de aquí, desplázate hasta la Piazza Plebiscito. Abrazada por el magnífico pórtico de la iglesia de San Francisco se ha convertido en el símbolo de la ciudad, también en virtud de los espectáculos y los conciertos que alberga habitualmente. Nápoles, con una intelectualidad intensa, ciudad de cultura y sede de una prestigiosa universidad, siempre ha sido fuente de estímulos y corrientes artísticas. Vivió su época esplendorosa en el año 1700, cuando sus plazas modelaron sus formas sobre la excentricidad de las iglesias barrocas. No te pierdas la Certosa di San Martino y el Duomo. Este último, dedicado a San Jenaro, es escenario, dos veces al año, de la misteriosa licuación de la sangre del santo, evento que reúne a miles de fieles.