El Palazzo Reale de Nápoles se remonta al siglo XVII. Te quedarás impresionado por el tamaño y la opulencia de esta antigua residencia real, especialmente su fachada, que está adornada con abundantes estatuas que representan a los sucesivos dirigentes de Nápoles. El Castel Nuovo, en la Piazza Municipio, data del siglo XIII. Está rodeado por impresionantes fortificaciones. No te olvides de visitar los espectaculares arcos de la entrada, ni los frescos y las esculturas que decoran su interior. Finalmente, dirígete a Capodimonte, otro palacio situado en lo alto de la ciudad, en el parque que lleva el mismo nombre. Podrás visitar las estancias reales que albergan un mobiliario suntuoso, y descubrir al mismo tiempo una importante colección de pinturas religiosas, procedentes de varias iglesias napolitanas.