El paso del hombre por las pendientes y valles de este parque está documentado desde finales del Paleolítico. Considerada una montaña sagrada, la Majella debe su nombre a la diosa de la fecundidad. Tierra de agricultores y de pastores desde tiempos inmemoriales, lugar de paso de bandoleros y carboneros, todavía presenta las huellas de una unión milenaria entre hombre y naturaleza. En los prados de altura son un espectáculo las extensiones de cabañas construidas con piedra y es curioso encontrarse de frente a un grabado rupestre, que seguramente datará de principios de siglo. El Parque Nacional de la Majella, área protegida desde 1995, se extiende en las provincias de L'Aquila, Chieti y Pescara y su sede se ubica en Guardiagrele.