Peschici, desde la bahía arenosa escondida entre los verdes pinares de las colinas circundantes, parece anclada en su alto promontorio desde el que domina el mar, con sus casas de piedra caliza que parecen nacer de la roca.
Su historia se remonta al siglo X, cuando el emperador Otón I instó a los eslavos a que persiguieran a los sarracenos de Gargano, entregándoles, al final de su misión, las colonias de Peschici y Vico. En el transcurso del dominio normando, seguido por el suabo y el aragonés, caracterizado por aventuras marinas, ataques, así como tentativas de incursión y defensa, los promontorios de Peschici se fueron poblando de torres de vigía, desde las que podrás contemplar unas vistas excepcionales.
En verano, Peschici se convierte en una pequeña localidad dedicada al turismo de playa, gracias a su litoral de arena salpicado de pinares y promontorios rocosos
Su posición constituye igualmente un excelente punto de partida para las excursiones con destino al bosque de Umbría, en el interior, o al mar, hacia las islas Tremiti y las grutas marinas.
El casco antiguo de la localidad, encaramado sobre el promontorio que se precipita con fuerza hacia el mar, está rodeado de murallas que pertenecen a un antiguo castillo de origen normando; se articula en callejuelas e hileras de casitas blancas, con iglesias, tiendas típicas y pequeños restaurantes.
En los alrededores, te aconsejamos que visites la abadía de Calena, una de las más antiguas de Italia, así como el Santuario de Loreto, erigido entre el siglo XVI y XVII por un grupo de pescadores. Sus dimensiones recuerdan a las de un navío, y atestiguan el episodio en el que varios de ellos evitaron la muerte durante una tormenta gracias a la intervención de la santa, a la que dedicaron la iglesia.
En el litoral, sin duda te llamarán la atención los trabucchi, unas curiosas construcciones de madera situadas de forma aparentemente inestable en altos escollos ante el mar. Son instrumentos de pesca tradicionales, cuyo complejo sistema de plataformas y cuerdas permite lanzar y recuperar las redes.
Prácticamente solo existe una única carretera litoral que une las diferentes localidades de Gargano. Suele estar más transitada en verano, y por la noche te recomendamos que conduzcas con mucha precaución, ya que las bandas blancas del suelo no son demasiado visibles.
Gargano, esencialmente frecuentado en verano, también ofrece unas hermosas sorpresas en primavera. Pero en invierno la mayoría de los establecimientos están cerrados, lo que representa un problema logístico, y sumerge a la región en una atmósfera triste, como anclada mientras espera la llegada del verano.
La cocina de Peschici, y de Gargano en general, reúne los sabores del mar y de la tierra, y ofrece platos de pescado, pero también unas sabrosas verduras, cocinas de mil maneras, sin olvidarnos de la deliciosa pasta casera. Déjate tentar por los taralli, los desayunos con la pasta típica de orecchiette con brotes de nabo o con tomate y cacioriccota, habas y achicoria o berenjenas a la brasa.
Una recomendación por si quieres cenar de restaurante: la «Grotta delle Rondini», en el puerto.
El centro histórico de Peschici está repleto de tiendas de recuerdos y de productos artesanales; aunque es una lástima que los objetos suelan ser algo estereotipados. Te recomendamos que optes por los sabores del sur, como una botella de aceite o de limoncello, y dejes de lado las postales.