Roma es cuna de civilización y cultura. La ciudad de las siete colinas no ha dejado de ser protagonista en ningún momento de la historia. Viajar a la capital italiana era tan importante como aprender griego y latín. Por ello, la peregrinación a una de las provincias más antiguas del mundo es cosa obligada. Ahora la conocemos como la capital de la dolce vita; el hogar de la buena vida; donde comer pasta sin preocuparte de la dieta, admirar sus calles y conocer a sus habitantes al mismo tiempo.
Roma es una de las capitales más grandes de Europa. Con una superficie de 1.285 km², supera en dos veces a Madrid. Las colinas que la delimitan (las más conocidas son el monte Palatino, el Capitolino, el monte Esquilino y el Quirinal) consiguen crear una atmósfera que da la impresión de un viaje atrás en el tiempo hacia el antiguo mundo, con sus numerosos vestigios, sus antiguos templos y basílicas reconvertidas en iglesias sus tejados de tejas romanas, sus altas paredes rodeando jardines privados y escalinatas con columnas.
Una experiencia única es visualizar la panorámica de la ciudad desde la Piazza di Porta Capena, donde se terminaba Vía Appia, que es primera vía construida por los romanos, que llegaba a Capua, al norte de Nápoles, y luego a Brindisi, en la costa adriática. En frente se puede ver el Gran Circo (Circo Massimo), la colina del Palatino en el lateral (y sus vestigios de la Roma republicana), el monte Aventino un poco más lejos y el jardín de esencias mediterráneas, del que sobresalen edificios con aspecto de palacios antiguos.
No obstante, Roma no es una ciudad que se haya quedado atascada en el tiempo. El ocio y el ambiente nocturno es uno de sus grandes atractivos. Antes para pasar una noche de relax y diversión se tenía que acudir a a las tabernas del Capitolio. Ahora tan solo hay que cruzar el Tiber hasta llegar al barrio del Trastévere, donde se han instalado numerosos bares entre las callejuelas de la Edad Media.
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Si decides ir entre abril y octubre lo mejor es aprovechar el buen tiempo tomando algo en una bar con terraza y ya de paso disfrutar de las maravillosas vistas que ofrece la Ciudad Eterna. La mejor panorámica está en el hotel Mediterráneo, ya que tiene la terraza con uno de los puntos más altos de Roma. Pero estas no son las únicas. Para admirar las impresionantes vistas de San Pedro está la terraza del Atlante Star; la más ?hitórica? es la del Gran Hotel de la Minerve, que se encuentra junto al Panteon; y la más modesta es la del hotel Des Artistes, próxima a la estación de Roma Termini. Desde 2007 la capital italiana ha puesto a disposición de los turistas unos ascensores que les elevan hasta la Terraza del Vittoriano, que permite divisar los 360º de la ciudad. Otra terraza espléndida es la del Palazzo Manfredi, que suele pasar desapercibida por los visitantes, pero es una de las más apreciadas por los romanos. Las plazas son otro gran atractivo turístico para disfrutar todo el año. Deambular por ella permite al viajero empaparse de toda la historia que encierra Italia. La más célebre es la Piazza Bocca della Veritá, que se encuentra muy cerca del Tíber y que tiene uno de los monumentos legendarios de Roma. Todos recordamos la escena de Vacaciones en Roma, cuando Gregory Peck le preparó una broma a Audrey Hepburn y explica que quien miente pierda la mano al introducirla en la boca. Sin embargo, la plaza más ?chic? es la Piazza di Spagna, que presenta una monumental escalera donde turistas y autóctonos se reúnen para disfrutar de un helado sentados en sus peldaños. El ocio y la diversión toma cuerpo en la Piazza Narvona, el cual era un antiguo estadio; y la más religiosa es la Plaza de San Pedro, que se encuentra dentro del Estado Vaticano y todos los domingos el Papa da su bendición a los creyentes católicos.
Cuando vayas a Roma hay determinados lugares que no te puedes perder. En la Roma Antigua es de obligado cumplimiento visitar el: el Foro romano (que data de la Roma republicana), el monte Palatino (el primer emplazamiento de la ciudad), el Coliseo (el anfiteatro antiguo más grande que ha llegado hasta nosotros).
La zona cristiana goza de una gran atractivo con la basílica de San Giovanni (primera iglesia romana y primera sede de la cristiandad), la basílica de Santa Maria Maggiore (construida en el emplazamiento de un antiguo templo romano), la basílica de San Pedro de Roma (erigida en el emplazamiento del antiguo circo de Calígula, donde el apóstol Pedro fue martirizado hacia el año 65 de nuestra era).
Los grandes artistas que ha dado vida Roma han dejado varios obras de arte para ver, que se encuentran en la galería Borghese, en el parque de Villa Borghese, los museos del Vaticano (donde destacan las estancias de los Borgia y las galerías antiguas) y, como no, la mágica Capilla Sixtina.
El mes más barato para viajar a Roma es Enero. Las tarifas en temporada baja en los hoteles suele ser de 60 euros para la habitación doble en un 3 estrellas, 100 para un 4 estrellas y 250 euros en un 5 estrellas. Las calles ni los sitios que visitar no están tan llenos de turistas, por lo que no hay que hacer tantas colas como en otras épocas del año. Además, el buen clima también acompaña. ).
Antes de comprar un "Roma pass" (transportes y museos) hay que tener en cuenta que el acceso gratuito sólo afecta a los dos primeros museos visitados. En los museos siguientes el descuento es de 1 o 2 euros por entrada. Tampoco olvides que el metro romano es barato (precio unitario del billete 1 euro). Para rentabilizar un "Roma pass" (20 euros), hay que visitar la ciudad en transporte público (3 días) y elegir bien los museos gratuitos. Recuerda que los museos del Vaticano y la Capilla Sixtina no están incluidos en el "Roma pass".
La Domus Aurea, casa del emperador Nerón.
Los vestigios antiguos atraen a mucha gente. Sobre todo a turistas en temporada, pero los grupos escolares van durante todo el año. Es remendable visitar el Foro Romano a primera hora. Sobre las 8:30 de la mañana. Las termas de Caracalla están enfocadas a especialistas, ya que el lugar es enorme y los vestigios son poco elocuentes.
En los restaurantes, no confundas el precio del pescado de 100 gr con el plato servido. Éste suele contar con unos 300 gr, por lo tanto tres veces más caro. Presta atención también al formato de los refrescos. Te servirán siempre la bebida 50 cl, identificados como ?grande, a menos que especifiques que quieres uno "piccolo" (pequeño, que es de 25 cl). A no ser que tengas mucha sed, te bastará el formato pequeño y así reducirás la cuenta, quien siempre es elevada cuando se consume en la terraza.
Si quieres probar a qué sabe Roma, solo hay un barrio para ello: el Trastevere. Barato y de calidad, la especialidad más famosa es la pasta alla matriciana, que también se cocina a la carbonara. El restaurante más barato está a cinco minutos da pie de la estación de Temini y se llama Trattoria dell'Omo, en la via Vincenza, 18. Un buen plato de pasta cuesta seis euros y los postres tres. Increíble para una ciudad tan turística como Roma. Las buenas pizas se hacen en la Pace del Cervello, a 100 kilómetros del Coliseo. Podrás degustar el internacional plato italiano en la VIA DEI Santi Quattro Coronati, 63, por unos diez euros. Pero si lo que buscas es una comida de primer nivel, recomendamos Da Vincenzo, en la via Castelfidardo. La especialidad es la Linguine con berberechosy la lubina con patatas. Todo ello acompañado con un vino blanco por solo 40 euros. Y es que Roma es una gran representante de la dieta mediterránea. Su tradición culinaria de origen campesino convierten los platos en auténticos hijos de la tierra. El aceite de oliva, las alcachofas romanas, la selectas fresitas, las cerezas y la porchetta (cerdo asado) son algunos de los majares más cuidados de la zona. Todo lo que pasa por los fogones romanos se convierten en una verdadera experiencia para el paladar. Incluso el pan de Lariano y Genzano, que ha sido galardonado con el IGT (Identificación Geográfica Típica).
Una de las formas más maravillosas de recordar a Roma es por el estómago. Como souvenir recomendamos comprar los dulces que se venden en los tenderetes de los mercados romanos. Aunque no es único que puedes llevarte de vuelta. La ropa vintage del mercado de via Sannio, los libros, postales y fotos antiguas de los puestos de la Piazza Fontanella Borghese o las antigüedades de via Francesco Crispi, son también un buen recuerdo. Para disfrutar el cien por cien de los delicatessens romanas pide siempre aceite de oliva del Lazio, quesos variados de la región, (como el grana padano o fiore sardo) y vinos locales, entre los que se encuentran el Frascati, Aprilia y Castillos romanos. Para comprar todo ello existe el mercado gastronómico del Campo dei Fiori, que abre todas las mañana de 6 a 2 de la tarde, a excepción de los domingo.