Famosa por su volcán, Sicilia ofrece paisajes de colinas que recuerdan un poco el sur de Italia. El interior protege también pueblos y ciudades pequeñas que se agarran a lo largo de las pendientes, en los huecos y sobre los relieves. Es imprescindible descubrir, por los alrededores, los caminos campestres de trazado desconocido.
Con forma de triángulo rectángulo, Sicilia presenta tres tipos de costa de carácter bien definido. En el norte, las caletas rocosas alternan con pueblos asombrosos de pescadores. Al este, las ciudades escalonadas forman balcones sobre el mar, con el cono humeante del Etna en un segundo plano. En el sur, la orilla se calma para formar bellas playas, donde es agradable descansar antes de zambullirse en el mar.
Isla floreciente desde la Antigüedad, Sicilia conserva numerosos vestigios. Cuidadosamente valorados, los emplazamientos arqueológicos son la ocasión de pasearse por el pasado, para el encuentro de los que erigieron los templos famosos que han llegado hasta nuestros días.
Para descubrir las tradiciones de la isla, nada como vivir como los sicilianos: yendo al mercado, realizando el ritual del expresso tomado en un mostrador y degustando a la buena comida servida en numerosos hoteles y restaurantes.