¡Arriba, despierta! Bienvenido al país de Bob Marley, el rey del reggae, y de la lucha por la dignidad de los negros. El país muestra su mensaje de humanidad, paz y espiritualidad. Imaginamos a los jamaicanos con sus rastas... y tenemos razón, no se trata de un mito sino de una realidad. Son muchos los que practican hoy día la religión rasta.
Podemos entender la isla entera a través de cualquiera de los callejones de Kingston, de la playa de Negril o de la bahía de Puerto Antonio. Los jamaicanos son muy agradables y no tienen nada que ver con la idea de peligro con que se les relaciona. No hagas caso a las recomendaciones de no salir de la isla para no ser agredido, Easyviajar ha visitado la isla y podemos constatar que no hay ningún tipo de problema. Por el contrario no se aconseja aventurarse en los barrios peligrosos de Kingston, como el de Downtown. Viajar a Jamaica es una experiencia increíble.
Jamaica es un país maravilloso que merece ser visitado, ofrece paisajes salvajes y suntuosos, sobre todo en la bahía de Puerto Antonio, con sus calas y acantilados. También es un país verde con diversas colinas. Un país de casitas verdes, rojas y amarillas, un país donde la realidad supera a la ficción con la laguna Goldeneye. Estas playas encantadoras están llenas de turistas americanos, que se ven atraídos por todo lo que ofrece la isla y que llenan los hoteles. Jamaica es una parada inevitable para los cruceros que surcan el mar Caribe, así que baja y descubre todo lo que esta isla te puede ofrecer. También es posible encontrar calma y tranquilidad aunque para ello será necesario adentrarse en el interior de la isla y descubrir los pueblos tradicionales.
Jamaica es conocida sobre todo por la corriente musical de reggae. Esta última apareció a finales de los años 60. Bob Marley es el embajador más emblemático de esta. Este estilo está íntimamente relacionado con el movimiento rastafari, se trata sobre todo de una forma de pensar, vivir y ver el mundo. Gracias a Marley y The Wailers el reggae tomó dimensión mundial en 1973. En cuanto al movimiento rasta, no se considera religión pero si un modo de vivir la vida y ver el mundo. Es cierto que en el movimiento rasta hay muchas alusiones a la biblia pero estos no consideran a Jesús como el Mesías. Su guía espiritual es Haile Selassie I emperador de etiopía en el siglo XX. Jamaica es una sucesión de playas y calas pero también ofrece a los turistas la posibilidad de conocer una cultura e historia muy ricas y variadas. Déjate envolver por esta atmósfera tan particular.
Los jamaicanos han alcanzado fama internacional por la belleza de sus pinturas y de sus esculturas de madera. Otros souvenirs para llevarse como recuerdo son la ropa con estampados originales y coloridos, las especias, el café de la Blue Mountain, las mermeladas de frutas exóticas, las salsas y productos marinados, el ron y los puros. No olvides tampoco los cds de reggae. El regateo es habitual en cualquier compra.
La base de la gastronomía la conforman el pescado, las aves, el arroz, las verduras, la fruta y las especias. Entre las numerosas especialidades destaca el ackee'n saltfish, plato nacional hecho a base de bacalao desmigado, mezclado con verduras y acompañado de ackee, una fruta roja que se come muy madura para evitar una intoxicación.
A los jamaicanos les gusta las carnes con especias, marinadas o asadas a la parrilla, como el jerk-pork (cerdo) o el jerk-chicken (pollo). Podrás probar también el goat curry, plato hecho a base de cabra, acompañado de una salsa de piña y mango (chutney). Entre los postres, aconsejamos los bammies, pequeñas tartas de mandioca y los Johnny Cakes. En cuanto a las bebidas, podrás elegir entre los diferentes ponches, el zumo de frutas, la cerveza local, el Red Stripe y las famosas bebidas afrodisíacas como el irish Moss con extractos de algas y té a la ganja (la marihuana jamaicana). Prueba también el café de la Blue Mountain (la montaña azul), un verdadero placer.
Los jamaicanos han conservado el gusto por los cuentos populares, la música y las creencias religiosas de sus antepasados africanos. Esto explica que en la isla se practiquen alrededor de cien cultos diferentes.
Son muy supersticiosos y creen en los espíritus (duppies). Para
protegerse de ellos, disponen de toda clase de estratagemas, como colocar cubiertos en cruz y una biblia cerca de las cabeceras de los bebés para preservar su sueño. Asimismo, abundan los curanderos, que aplacan con sus sabios conjuros los males de sus conciudadanos. Los jamaicanos cultivan el humor y la guasa. Se lo toman todo con cierta distancia y filosofía, lo que puede llegar a irritar a quienes se sientan inquietos y estresados. Aquí redescubrirás las peonzas, un juego que no tiene nada de infantil. Se juega por equipos con el objetivo de desplazar a la del equipo contrario (teniendo en cuenta que estas llegan a pesar hasta 7Kg).
Jamaica, a pesar de ser un paraíso para los que disfrutan de no hacer nada, merece ser descubierta desde dentro. La isla rebosa lugares increíbles, que hay que descubrir sin duda, como el Cockpit Country y sus torres de cal, así como las magníficas Blues Mountains, en las que se disponen en terrazas las plantaciones de cacao y de café. En esta parte la gente es tranquila, se toma su tiempo y adora el humor, algo que podrás observar en los transportes públicos ya que no existen verdaderamente horarios de bus. A pesar de ello, se trata de un medio inmejorable para visitar la isla, ya que además es barato. Para mayor libertad puedes alquilar un coche ya que no hay ningún problema para conducir por las carreteras jamaicanas. No obstante, hay que estar atento al estado de las carreteras y al comportamiento de algunos conductores un tanto impulsivos.
En cuanto a la seguridad hay que evitar adentrarse en según qué barrios de Kingston y conducir por la noche. También hay que tener cuidado con las estafas que ya intentarán cambiarte dólares jamaicanos en el mercado negro. Esto es totalmente ilegal. Como en todos los lugares del mundo hay que mantenerse atento ya que puede haber carteristas en las zonas más turísticas y mercados. Desde febrero de 2015 no es ilegal tener una pequeña cantidad de marihuana (57 gramos como máximo) y fumársela.